La Asociación Agraria de Galicia denunció ayer que el Gobierno central está reclamando a agricultores ocasionales que tienen el campo como segunda fuente de ingresos que coticen por los ejercicios pasados lo que facturaron por la venta de determinados productos, como uva, castañas u hortalizas.

Según explica esta organización, "por los expedientes que se están abriendo", incluso "parece" que se les va a obligar a darse de alta como trabajadores autónomos, aunque ya estén cotizando por cuenta ajena en una empresa.

"Esta medida es un grave error que provocará importantes daños en los pueblos de Galicia y de toda España", sostiene. "Que un agricultor no profesional tenga que darse de alta en autónomos para poder vender un fruto que ya está declarado en el IRPF es un grave peligro para la supervivencia del rural", añade.

La asociación quiere dejar claro, en todo caso, que está completamente en contra de cualquier tipo de venta de productos agrícolas sin declarar y que cualquier operación en la que un agricultor, profesional o esporádico, reciba un ingreso, tiene que figurar en la declaración de la renta, tal como se exige por ley, "ya que aunque alguien no supere los ingresos mínimos para presentar el IRPF, si hace una venta agrícola, aunque sea solo por un euro, está obligado a presentar la declaración".

La Asociación Agraria de Galicia defiende que con este nivel impositivo los intereses del Estado ya están "suficientemente cubiertos", por lo que obligar a una persona a darse de alta como autónomos, aunque sea solo dos o tres meses al año por vender uva o castaña, "puede tener consecuencias muy negativas para el medio rural".

Por tanto, si la exigencia se hace cumplir, esta organización vaticina que la gran mayoría de estos agricultores esporádicos dejarán de cuidar sus parcelas porque el beneficio será muy escaso o incluso inexistente y zonas que ahora mismo están bajo control y trabajadas, corren el riesgo de quedar abandonadas.