El Museo do Viño de Galicia abrió ayer sus puertas en Santo André de Camporredondo, Ribadavia, en una antigua rectoral donada a la Xunta por la Diócesis de Ourense y rehabilitada para convertirse en el escaparate de la viticultura gallega y centro de referencia para investigadores y estudiosos del mundo del vino. La apertura se produce 14 años después de la recepción del inmueble por parte del Ejecutivo autonómico y tres décadas desde que en Ribadavia se empezó a hablar del proyecto. "Un parto difícil", dijo el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en la inauguración.

El museo recupera una parte importante del legado de Galicia a través de esta actividad milenaria, muestra la historia y el paisaje relacionado con el vino y visibiliza el trabajo de hombres y mujeres del sector. En concreto, el espacio monográfico estará dividido en siete ámbitos: los territorios vitícolas y la humanización del paisaje agrario modificado por este cultivo desde la Edad Media, las actividades de la viticultura, las denominaciones de origen, las variedades, la comarca del Ribeiro, la producción en monasterios, granjas y prioratos; y un último ámbito centrado en el trabajo de las bodegas. La exposición recorre las tres plantas de este edificio construido en el siglo XVIII como casa de priorato para explotación vitícola del Mosteiro de San Martiño Pinario de Santiago de Compostela y convertido tras la desamortización de Mendizábal en casa rectoral de Santo André de Camporredondo.