Atrás ha quedado la incansable búsqueda de pisos de estudiantes durante el mes de agosto, que recorrían todas las inmobiliarias de las principales ciudades gallegas hasta encontrar una vivienda que se adaptase a sus condiciones. Ahora la mayor parte de los jóvenes no esperan hasta el último momento y dejan todos los trámites atados a finales de junio o durante el mes de julio. Así lo indica el presidente de Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), Benito Iglesias, que destaca la gran adaptación de los universitarios al mercado inmobiliario en la actualidad, conscientes de que la situación ha ido a peor con el boom de los pisos turísticos, sobre todo en las principales ciudades de la comunidad. "La mayoría a estas alturas ya tienen piso. Antes se esperaba a agosto y septiembre pero ahora es algo imposible por la presencia de las viviendas vacacionales", explica.

En una momento de mínimos históricos de vivienda alquilable en Galicia „el sector inmobiliario gallego nunca había llegado a un mes de agosto con una oferta por debajo de los cuatro mil inmuebles„, arrendar un piso puede ser una labor imposible. Pero, ¿qué se pueden esperar los estudiantes que confían en comenzar su búsqueda de un hogar para el curso escolar durante este mes? "En agosto los estudiantes tienen que buscar pisos en ayuntamientos limítrofes porque en el centro de las urbes lo único que queda es caro y en malas condiciones", reconoce Iglesias, quien pone el ejemplo de la capital gallega como ciudad universitaria por excelencia. "En Santiago, que tiene turistas todo el año, si se espera hasta agosto para alquilar, lo que se va a encontrar son viviendas en Ames o Milladoiro, los únicos sitios donde la oferta no se ha terminado todavía", explica.

Pero la distancia no es el único factor que juega en contra del mercado inmobiliario estival para los universitarios. Las condiciones van a ser peores, apunta el presidente de Fegein. Precios encarecidos, pisos usados, viejos y "con muebles en mal estado". En definitiva, "lo que nadie quiere, sobre todo en A Coruña, Santiago y Vigo", sostiene. Y es que en estas ciudades el número de viviendas para estudiantes reduce cada vez más su oferta. "Ahora los propietarios ven más rentable adaptar su piso bajo las exigencias de la Xunta para convertirlo en una vivienda vacacional", comenta Iglesias. Esto es más notable en zonas con mayor turismo durante todo el año, como Santiago, o con gran número de trabajadores que se desplazan de ciudad para trabajar, como es el caso de Vigo. Todo ello provoca un "efecto colateral negativo para los estudiantes. Antes el casco antiguo de la capital era la zona de estudiantes y ahora lo es de pisos turísticos. Es una involución", dice el presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias.

Como consecuencia, Iglesias adelanta que las residencias universitarias están ganando cada vez más terreno. "Los jóvenes que se enteraron tarde de la carrera que iban a estudiar o los que por cualquier motivo se encuentran a estas alturas sin hogar para el curso están buscando solución en las residencias, que actualmente se encuentran completas y no hay casi habitaciones disponibles", concluye Iglesias.