El exceso de velocidad es la primera causa de mortalidad en las carreteras españolas. Sumado al peligro de las vías convencionales, donde han ocurrido todos los accidentes mortales en Galicia durante los meses de verano, la combinación provoca que los datos de siniestralidad sean alarmantes.

Para controlar que los conductores no pisen de más el acelerador y respeten las señales de tráfico sobre la velocidad máxima permitida „120 km/h en autopistas y autovías, entre 90 y 70 km/h en carreteras secundarias según el ancho del arcén y el tipo de vehículo y 50 km/h en vías urbanas„ la Dirección General de Tráfico y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil duplicaron la vigilancia la semana pasada en las vías convencionales gallegas en el marco de una campaña especial de control de velocidad. Entre el lunes y el domingo los agentes interceptaron a 4.006 vehículos que sobrepasaban los límites permitidos en las calzadas, lo que supone una media de 572 infracciones al día y 24 cada hora. Los conductores denunciados entre los días 12 y 18 de agosto suponen el 5,11% de los 78.388 vehículos controlados en este dispositivo especial.

El pasado año los muertos en viales de la comunidad sumaron 144, un 89% más que en 2017, cuando la cifra fue de 76. La tendencia este año no parece ser mucho más tranquilizadora, y es que Galicia acumula 61 víctimas en sus carreteras hasta la fecha, tres más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. La campaña especial realizada la pasada semana sirvió, según la Delegación del Gobierno, para mejorar los datos de siniestralidad en las vías gallegas, que llegaron a acumular a principios de año quince víctimas mortales más que en 2018. "El objetivo sigue siendo llegar a cero víctimas", recordó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada.

Por provincias, A Coruña fue la que más denuncias obtuvo durante la campaña de control de velocidad, con 1.742 de un total de 34.204 vehículos controlados; seguida de Lugo, con 838 denuncias y 13.736 controles; Pontevedra, con 825 y 23.095; y Ourense, en último lugar, con 601 coches interceptados y 7.353 registrados. En el cómputo general hasta día de hoy, Ourense es la única provincia que desciende en víctimas mortales, con seis menos que en 2018, ya que ahora tiene cinco y el año pasado tuvo 11. A Coruña sube cuatro, al pasar de 26 a 30; Lugo aumenta dos, de ocho a 10; y Pontevedra crece en tres, de 13 a 16. "Son datos muy preocupantes y seguiremos trabajando para revertirlos", apuntó Losada, que recordó que además de este dispositivo especial de verano, el Ejecutivo rebajó en 10 km/h el límite de velocidad de las carreteras convencionales, ahora situado en 90. Además, el delegado del Gobierno en Galicia insistió en la necesidad de "mantener todas las cautelas cuando se viaja por carretera". "Es fundamental que el vehículo esté en perfecto estado y que los conductores cumplan con la normativa, tanto de velocidad como de consumo de sustancias", concluyó.