La cifra real de agresiones que se cometen a diario en España es muy superior de la conocida, pero muchos de los delitos de odio no se denuncian. La discriminación y la desigualdad por diferentes motivos forman parte de la realidad cotidiana en todo el territorio nacional.

El informe sobre los Derechos Fundamentales de la Unión Europa advierte de que, de manera sistemática, las personas que sufren discriminación raramente la denuncian, bien porque los afectados no se quieren considerar víctimas o porque no quieren verse señalados. La razón que más se cita para no pedir ayuda es la convicción de que nada cambiaría. Este documento refleja que en 2018 aumentaron los Estados miembros que adoptaron una legislación de transposición de la Directiva sobre los derechos de las víctimas. Las pruebas observadas a escala nacional en algunos Estados miembro demuestran que las víctimas siguen encontrando obstáculos para denunciar delitos y que sus derechos no se respetan de manera eficaz a distintos niveles, incluidos los aspectos procesales.