Esta semana ha sido muy buena para Audasa, la empresa del grupo Itinere que gestiona la Autopista del Atlántico (AP-9). El lunes anunció un incrementó de sus beneficios durante el primer semestre de un 17% respecto a la primera mitad de 2018. Y ayer, el Ministerio de Fomento publicó los datos de uso de la vía en los ocho primeros meses: el número de conductores se incrementó un 1,85%.

Pero si se hace zoom sobre las cifras lo más destacable aparece en los dos meses centrales del verano cuando se alcanzó una Intensidad Media Diaria (IMD) de 29.249 vehículos. Es el mejor dato de la última década. Hay que retroceder hasta los meses de julio y agosto de 2010 para encontrar una cifra mayor: 31.211. En agosto, el tráfico de la AP-9 encadenó nueve meses de incremento tras la caída del pasado noviembre.

Pese a estos buenos números, el crecimiento del uso de la vía que vertebra Galicia de norte a sur se ha ralentizado. La causa es la misma que explica el aumento de los beneficios de la empresa concesionaria en los primeros seis meses de este año: el repunte de los peajes.

En los últimos 20 meses, las tasas que hay que abonar por circular por la AP-9 se han disparado un 7,3%. En enero de 2018, subieron un 1,9% al aplicar la actualización del IPC. Nueve meses después se incrementaron casi un 2%: un 1% para compensar a Audasa por las obras de la circunvalación de Santiago; el enlace de Sigüeiro; la ampliación en los accesos de Vigo y O Morrazo y el viaducto de Rande; y del 0,9% por las bonificaciones en los trayectos entre Vigo y Pontevedra. Y a principios 2019 se produjo el último aumento: un 3,5%. Solo tres autopistas españolas sufrieron en enero una subida de tarifas superior a la media nacional del 1,67%, y la AP-9 fue la que más se encareció.

Coste por kilómetro

La concesionaria asegura que el coste medio para automóviles de la AP-9 se sitúa un 8% por debajo de la media estatal, con 11 céntimos por kilómetro en la AP-9 frente a los 12 de media en las autopistas españolas de titularidad estatal.

En 2014, el tráfico de la autopista gallega rompió seis ejercicios seguidos de pérdida de usuarios al aumentar un 0,4%. La recuperación se mantuvo en los tres años siguientes con subidas del 5,5%, 3,6% y 3,9%. Y en 2018, debido a la subida de las tarifas, el alza solo fue del 2,1%. En los primeros ocho meses de 2019, el incremento solo ha sido del 1,8%.

Pese a los peajes, el aumento del tránsito en la autopista gallega constata el cambio de ciclo económico, aunque el número de vehículos aún no ha recuperado los niveles precrisis de 2007 y 2008. El récord de tráfico en los ocho primeros meses de un ejercicio se registró en 2007, con una IMD de 27.129 vehículos, un 9,1% superior a la contabilizada en los ocho primeros meses de 2019.

Según las cuentas semestrales depositadas el lunes en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Audasa logró unas ganancias de 18,8 millones entre enero y junio. Un 17% más que el año anterior. Solo por los peajes, la concesionaria se embolsó en ese periodo 71,4 millones. En 2018 fueron 66,4. Mejores datos de tráfico tiene la otra autopista de titularidad estatal que hay en Galicia: la AP-53 entre Santiago y el Alto de Santo Domingo. Entre enero y agosto acumula un incremento del 3,7% y encadena 16 meses de crecimiento ininterrumpido.