Los seguros ganan terreno en el campo gallego. A medida que el sector agrario se profesionaliza y las explotaciones aumentan su tamaño, se incrementa la producción asegurada". Esto explica que, a pesar de que el número de pólizas haya descendido un 11% en los últimos cuatro años, los cultivos cubiertos contra posibles daños climatológicos o siniestros se hayan duplicado alcanzando ya los 436 millones de kilos. Y lo mismo ha ocurrido con la superficie: de 7.000 hectáreas protegidas en 2015 se ha pasado a casi 15.000 en 2018. Por su parte, los ganaderos tienen aseguradas 27 millones de cabezas de ganado, un 1,5% más que hace cuatro años.

El mayor auge de pólizas agrarias se está registrando en el sector vitivinícola, donde están desembarcando bodegueros que se están haciendo con importantes extensiones de viñedo en Galicia.

"Se está registrando una evolución muy positiva de la cobertura de los seguros agrarios", señala la Consellería de Medio Rural. El capital asegurado ascienden 718,8 millones, un 16% más que hace cuatro años. Eso sí, hay menos asegurados: el número de pólizas ha bajado de las 56.222 registradas en 2015 a 49.873. "Se debe fundamentalmente a la agrupación de explotaciones en otras mayores y más eficientes", explican desde la Xunta.

Uno de los sectores donde más están creciendo los seguros es el vitivinícola. Solo en el último año la superficie de cultivo amparada por pólizas creció un 9% hasta las 2.600 hectáreas. De esta manera, hay 17 millones de quilos de uva protegida, un 13% más, y un 14% más de capital asegurado, que alcanza los 20 millones de euros. Por el contrario, solo hay 684 pólizas, un 6% menos con respecto a 2017.

"Estamos yendo hacia un modelo de explotación tipo Falcon Crest", explica José Ramón González, de Unións Agrarias. Sin embargo, advierte que el 95% de los pequeños propietarios sigue sin tener seguro. "Las pólizas no se adaptan a los pequeños viticultores", lamenta. Según explica, los seguros están pensados para cubrir daños en explotaciones grandes, pero en Galicia abunda el minifundismo. "Me pasó a mí, tengo unas veinte parcelas de pequeño tamaño. Me ardió una viña, pero como era una superficie muy reducida no me llegaba para cubrir la franquicia y no me pagaron nada", lamenta.

Las compañías calculan las franquicias adaptadas a grandes extensiones de viñedos, no a un modelo fragmentado como el de Galicia. Y contar con un seguro es fundamental puesto que una climatología adversa puede echar a perder una buena cosecha y dejar al viticultor al borde de la ruina. Este año tormentas y el granizo causaron estragos en Valdeorras y Monterrei. En 2017 las heladas supusieran pérdidas para el sector por 72 millones de euros. Lo que no cubren las pólizas, según José Ramón González, son plagas o enfermedades que afecten a la vid como el mildiu.

Además del sector vitivinícola, Medio Rural destaca el incremento del ganado vacuno asegurado. El número de pólizas llegó a las 4.211 en 2018, un 5% más que el año anterior. Las vacas protegidas por póliza son ya 374.808, un 9% más que en 2017. El mismo incremento fue el registrado por el capital asegurado, que asciende a 480 millones de euros.

Desde Unións Agrarias Oscar Pose explica que parte de este repunte se puede explicar porque la Xunta vincula las ayudas para la incorporación de jóvenes al campo a que suscriban un seguro agrario. Aún así, aclara que hay un porcentaje "muy alto" de explotaciones que no tienen seguro para cubrir daños, salvo el que se hace cargo de la retirada de animales muertos, pero está más extendido. Los principales riesgos a los que se tienen que enfrentar los ganaderos son la pérdida de cabezas de ganado por enfermedades o accidentes.