La Xunta dispondrá el año que viene de una capacidad de gasto de 10.160 millones, traspasando una barrera infranqueable durante la última década debido a los recortes impuestos durante la crisis, que comenzaron a revertir hace tres años. Su techo de gasto aumentará 311 millones respecto al del presente ejercicio y servirá de marco para los presupuestos autonómicos de 2020, último ejercicio de la legislatura. La administración de Feijóo volverá a manejar más de 10.000 millones como en 2010, cuando gestionó su primer presupuesto propio.

El Consello de la Xunta aprobó ayer su plan económico para el próximo año, a pesar de que la administración central no ha concretado los recursos que le aportará ni el déficit público máximo autorizado. el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, avanzó que se ajustarán al 0,1% de desfase establecido por el anterior Gobierno del PP „si bien la Xunta logró en 2018 superávit por primera vez en 16 años„.

En otras ocasiones, la Xunta afeó al Ministerio de Hacienda el retraso en la comunicación de los fondos que le aportaría por poner en peligro el plazo legal para aprobar sus cuentas antes del 20 de octubre. Martínez, sin embargo, defendió el rigor de las previsiones de su departamento, basadas en las "hipótesis" de evolución económica corroboradas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). "No calculamos de manera ilusoria", aseveró.

La elaboración de las cuentas gallegas está marcada también por la incertidumbre económica ante la ralentización registrada a nivel mundial, los choques comerciales entre Estados Unidos y China o el futuro impacto del Brexit. De hecho, la Xunta rebajó ayer medio punto hasta un 2% su previsión de crecimiento para este año, aunque también mejoró el pronóstico del desempleo desde el 12,7% al 11%. En 2020 estima que el PIB gallego crecerá un 1,9% y el paro caerá al 10,6%.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, calificó de "decisión más difícil" iniciar la tramitación del presupuesto para 2020 en lugar de prorrogar el de 2019, ante "todas las zancadillas y dificultades" sufridas, denunció, desde que triunfó la moción de censura en verano del año pasado y el socialista Pedro Sánchez llegó a la Moncloa.

El mensaje de la Xunta sobre sus cuentas del año que viene se centró en destacar su vigor y casi nulo endeudamiento -aumentará 68 millones, si bien está situada en los 11.685, la segunda cifra más alta e su historia-, insistiendo en contraponer su "estabilidad" a la "inestabilidad" estatal de la que culpó en solitario al Gobierno socialista.

Tras alegar durante semanas un informe de la Abogacía del Estado que le impedía ejecutar esos abonos en funciones, el Gobierno garantiza ahora que pagará antes de las elecciones generales del 10 de noviembre.

"No es necesario calificar la utilización del PSOE de las instituciones ni hacer un relatorio de las excusas y contradicciones del Gobierno para no cumplir y convertirse en el principal moroso de España", censuró Feijóo.