La UE aplicará medidas que palíen los efectos de la abrupta salida del Reino Unido de la UE, pero solo una veintena de arrastreros españoles que faenan en caladeros de las Islas Malvinas podrán acogerse a esas medidas si es que los planteamientos actuales no se modifican por las partes en litigio. De cualquier manera, la UE no ofrece en este momento expectativas favorables para España en tal sentido. Como tampoco las ofrece en los efectos para el sector pesquero en lo que respecta a los aranceles que la política de Donald Trump pretende aplicar a España como consecuencia del "castigo" a la Unión Europea por su ayuda a los aviones fabricados por los países comunitarios.

Resumiendo: si no es el Brexit „que lo será„ el que perjudique los intereses de las flotas españolas, vendrá la aplicación de los aranceles norteamericanos a aguar las expectativas más o menos abiertas que el mismo sector había establecido. Es, indudablemente, un notable perjuicio del que muy difícilmente se podrán librar los pesqueros españoles y sus casas armadoras.

A todo esto hay que sumar el perjuicio que, directa o indirectamente, ha de causar al sector pesquero español la posibilidad „que se baraja a día de hoy„ de que las autoridades británicas pongan en manos del mejor postor sus posibilidades de pesca en aguas propias una vez el Brexit se produzca. Lo que significa que, de una u otra manera, los barcos españoles y especialmente los que faenan en aguas de los Estados miembros (no España) pueden ser los más perjudicados por ese divorcio anunciado de un país socio de la UE. Sumemos el perjuicio que supondrá para el sector conservero la fijación de aranceles muy superiores a los actuales a ese producto español „que afectará mayormente a Galicia„ y coincidirá el lector en la conclusión de que el panorama que se diseña para el futuro inmediato de las empresas pesqueras y conserveras gallegas no es, ni mucho menos, halagüeño.

Ahora mismo no hay más datos que ligeros cálculos sobre lo que tal o cual sector va a perder por la aplicación de esas dos medidas „ Brexit y aranceles„ por dos países „Reino Unido y EEUU„ que, por otra parte, hacen muy buenas migas.

Nada ha trascendido hasta el momento de qué tipo de ayudas puede aplicar la Unión Europea a los países afectados por el abandono por el Reino Unido de este club de países; pero que se baraje esa cifra „veinte„ de barcos a los que prestar un mínimo de colaboración económica no ofrece a priori ningún tipo de consuelo.