Tenía 52 vacas en una explotación ganadera del municipio ourensano de Montederramo. Desde finales de enero de 2018, sin que la causa se haya aclarado, el dueño dejó de prestarles sustento. Doce reses murieron. El ganadero, de 48 años, fue ayer a juicio en el Penal número 2 de Ourense, acusado de un delito de maltrato animal. Se conformó con una pena de seis meses de prisión, que queda suspendida con dos condiciones: no puede delinquir antes de dos años y además debe satisfacer la responsabilidad civil, de más de 16.600 euros, por los gastos de cuidado y mantenimiento de las reses por parte de la Consellería de Medio Rural, una vez que se descubrió el estado de la explotación. El juzgado ofrece la posibilidad al ganadero de fraccionar el pago en cuotas de 100 euros cada mes.

La condena reconoce que el acusado padece un trastorno de ideas delirantes que limita de modo grave sus capacidades. A fecha de enero de 2018, su explotación ganadera figuraba en el censo con 52 animales. Desde finales de ese mes y de manera injustificada, dejó de prestar el sustento necesario para la supervivencia de las reses. No tenía comederos ni bebederos adecuados para que pudieran alimentarse. Tampoco les proporcionó ningún tipo de comida. Tal y como comprobó el Seprona de la Guardia Civil, las reses se encontraban en un estado de hacinamiento y con unas condiciones sanitarias muy deficientes. Tanto vacas como terneros presentaban signos de desnutrición.

Como consecuencia de esta situación, entre enero de 2018 y el 22 de marzo de ese año fallecieron en la explotación una docena de animales. El juzgado de Instrucción de A Pobra de Trives dictó un auto, el 6 de abril de 2018, que acordó la inmediata retirada de las reses de ganado vacuno propiedad del acusado. Los animales que seguían vivos fueron trasladados a una granja situada en Allariz, de la que es titular la Consellería de Medio Rural. Se generaron unos gastos por importe de 16.684,36 euros.