El mercado inmobiliario en Galicia parece asentarse aunque todavía no ha podido zafarse de su mayor lastre: el stock de viviendas nuevas sin vender desde el estallido del boom del ladrillo, casi 500.000 en el conjunto del país y cerca de 22.000 en Galicia. En los primeros ocho meses del año, un total de 11.668 propietarios retiraron el cartel de Se vende de sus pisos, un 5,7% más que el mismo periodo del ejercicio anterior. Este balance se traduce en una media de 50 inmuebles vendidos cada día en la comunidad gallega, según datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y rompe la tendencia a la baja en el conjunto del país, con casi 348.000 ventas, casi 7.800 menos que hace un año (-2,2%). Y es precisamente la vivienda de segunda mano la que permite mantener a flote el sector. Por cuarto año consecutivo, las ventas de pisos usados superan las llaves entregadas a los inquilinos que quieren adquirir un inmueble y suponen casi el 80% de las operaciones realizadas en la comunidad entre enero y agosto. Así de las más de 11.600 viviendas vendidas en Galicia en los primeros ocho meses del año, 9.050 eran de segunda mano frente a las poco más de 2.600 a estrenar.

Este tipo de inmuebles atrae cada vez a más compradores, ya no solo por ser el precio más asequible, sino también por su menor gravamen fiscal y su mayor facilidad de financiación. En el conjunto del país fueron más de 282.000 los pisos usados que encontraron comprador (81% del total de operaciones) y pocos más de 65.000 las viviendas a estrenar que retiraron el cartel de Se vende.

Detrás del avance del mercado inmobiliario en la comunidad en lo que va de año está el tirón de las provincias de A Coruña y Pontevedra, en especial de la primera, con un aumento de las compraventas de casi el 15%; mientras que las operaciones en Pontevedra se incrementaron un 2,6%. El balance de las otras dos provincias gallegas refleja las dos velocidades del sector del ladrillo en Galicia, con una caída de las ventas de viviendas en Lugo del 12,9% y del 0,9%.

A Coruña concentra casi la mitad de todas las operaciones realizadas en la comunidad, con un total de 5.574. En Pontevedra recibieron las llaves de su vivienda más de 3.700 propietarios. Lejos de estas cifras están las ventas en Lugo (1.186) y Ourense (1.151).

Tras seis meses consecutivos al alza en el mercado inmobiliario gallego, en julio y agosto se invirtió la tendencia en la comunidad y se redujeron las ventas: apenas un -1% en julio, pero un -8,6% en agosto. No obstante, esta última caída está muy por debajo de la experimentada en el conjunto del país: -21,1%. De hecho Galicia, es donde menos retrocedieron las operaciones inmobiliarias durante el octavo mes del año con 1.269 ventas „1.211 de vivienda libre y 58 de protección oficial; y 979 de segunda mano y 290 a estrenar„. No obstante, la comunidad gallega es la segunda con menos ventas por cada 100.000 habitantes (58), solo superada por Extremadura (48). Por el contrario, en la parte alta de la tabla están Comunidad Valenciana (136), Andalucía (110) y Baleares (109).

En algunas comunidades las caídas en agosto superaron el 40%. Extremadura es el territorio con mayor desplome (-42,7%), casi 22 puntos más que la media nacional.