La nueva legislatura arrancará con dos reformas pendientes en materia de seguridad vial: un mayor castigo a los conductores que utilicen el móvil y la retirada del carné a los reincidentes por alcohol o drogas.

Este año arrancó con la reducción de la velocidad en las carreteras secundarias (de 100 a 90 kilómetros por hora). Y es que la velocidad es un factor concurrente en el 30% de los accidentes de tráfico. No pisar el acelerador por encima de lo que marca la señalización en cada vía evitaría uno de ca tres fallecidos. Con la rebaja de la limitación en la red convencional, la DGT se propone reducir la accidentalidad mortal en torno a un 10%.

Con esta rebaja en la limitación de velocidad, los conductores que circulen a 111 km/h (20 km/h por encima de la velocidad máxima fijada para las vías secundarias) serán multados con 300 euros y la retirada de dos puntos del carné.

Las distracciones tendrán una mayor penalización, tal y como se propone la DGT. Y es que los despistes son la primera causa de la mortalidad en las carreteras gallegas, ya por delante de la velocidad. Tráfico se propone poner freno al uso del móvil mientras se conduce equiparando este comportamiento a la conducción bajo los efectos de las drogas o negarse a someterse a las pruebas de alcoholemia: seis puntos menos, el doble que los tres que resta ahora el sistema por puntos.

Los conductores reincidentes por consumo de alcohol y/o drogas también están en el punto de mira de la DGT, que se propone retirarles el permiso de conducir hasta que la evaluación correspondiente por parte de los sanitarios confirme que ya no tiene dependencia alguna de estas sustancias.