La sombra de la desaceleración empieza a pasar factura al ladrillo. Tras cuatro años de recuperación y bonanza (aunque sin alcanzar los niveles precrisis), las expectativas del sector inmobiliario en Galicia para 2020 no son nada halagüeñas: menos ventas y desplome de las licencias de obra nueva y de rehabilitaciones. Las operaciones de compra-venta en la comunidad caerán durante el primer trimestre del próximo año en torno a un 10%, los precios se reducirán un 5% y el stock de vivienda nueva a la venta y de pisos en alquiler se mantendrán en mínimos. El mapa del sector en Galicia marca en rojo a 280 ayuntamientos, el 90% del total en Galicia, ya que tendrán una actividad inmobiliaria residual, tanto en el mercado de compraventa como en la promoción de viviendas nuevas o licencias a la rehabilitación y regeneración urbana, según alertan desde la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

Detrás de esta radiografía que dibuja la patronal inmobiliaria gallega están "el enfriamiento de la economía, la desconfianza e incertidumbre política y legislativa, junto con la pérdida de la capacidad de consumo e inversión de los ciudadanos en general en un contexto de recesión".

En un informe sobre el mercado de la vivienda en la comunidad durante el primer semestre del próximo año, Fegein cifra en apenas 8.100 las compraventas previstas „una media de 45 cada día„, lo que supone un 10% menos que las casi 9.000 formalizadas entre enero y junio de este año. "La mayor parte de la bajada la sufrirán las provincias de Ourense, Lugo y A Coruña, por este orden", según advierten desde el sector, que además auguran una baja del precio entre un 4% y un 5%, más acusado en la vivienda usada y más reducido en la habitual ya que el stock de pisos a estrenar en las siete ciudades y sus áreas de influencia están en mínimos. El impacto más negativo por ciudades en el mercado de los precios y de operaciones se reflejará, según detalle el informe, en las ciudades de Ferrol y Ourense.

La pérdida de fuelle del sector inmobiliario se extenderá a prácticamente toda la comunidad. En 255 concellos la actividad de licencia de obra nueva y operaciones de compraventa serán "prácticamente testimoniales" en el primer semestre del próximo año, según las previsiones de la patronal gallega, una situación que no hace más que constatar "la disfunción de la Galicia de dos velocidades", en la que la provincia de Ourense, sur de Lugo e interior de las provincias de A Coruña y Pontevedra reflejarán una actividad en el mercado de la vivienda "en mínimos". Además, en algunos ayuntamientos de menos de 2.000 habitantes, la actividad será de cero licencias de obra nueva y cero operaciones de compraventa.

El único concello que se salvará de la parálisis prevista para el sector, según apuntan desde Fegein, es Vigo, donde esperan un "comportamiento levemente positivo, con nuevas promociones de vivienda nueva".

La fotografía del sector a día de hoy empieza ya da síntomas de ese freno en el mercado inmobiliario gallego: solo se firman un 22% de hipotecas en comparación al boom del ladrillo (2008), el metro cuadrado del suelo cuesta la mitad, se conceden 16 veces menos licencias de obra nueva que hace diez años y el alquiler se ha convertido en una alternativa ara quienes buscan vivienda, equilibrando así´´ el mercado en propiedad y en arrendamiento. El stock de vivienda nueva sin vender en el conjunto de Galicia está en mínimos, con apenas 22.000 inmuebles al cierre de 2018. La previsión de la patronal inmobiliaria para el cierre de este ejercicio es bajar de las 20.000 viviendas en stock, de las que solo un 60% son vivienda habitual y un 40% residencial de segunda vivienda, principalmente en costa. Desde Fegein destacan además, tal y como ya avanzó este periódico la semana pasada, que la vivivienda nueva en alquiler en el conjunto de la comunidad tan solo hay 3.500 pisos en el circulo de comercialización en arrendamiento, un 20% menos que hace