Es el trámite estrella de lo notarios: las herencias en vida. Desde la reforma fiscal de la Xunta en el impuesto de Sucesiones 2016, a los gallegos ya no les supone un quebradero de cabeza decir sí quiero a un testamento ya que la factura tributaria para los legados inferiores a 400.000 euros por heredero „solo de familiares directos, es decir de padres a hijos, abuelos a nietos o entre cónyuges„ es de cero euros. Estas exenciones, junto con la sentencia del Tribunal Supremo del mismo año por la que se eximen los pactos sucesorios en Galicia del pago de IRPF ya que los bienes de ascendientes o descendientes no se consideran ganancia patrimonial, provocaron una avalancha en los despachos notariales de toda la comunidad. Las cifras reflejan el interés cada vez mayor de los contribuyentes gallegos por repartir sus bienes en vida y así esquivar el pago de impuestos.

¿El ahorro? Una media de 6.000 euros en Sucesiones y hasta 9.000 euros en IRPF. Desde la entrada en vigor de las bonificaciones fiscales de Facenda casi se han triplicado las transmisiones en vida. Es estos tres años y medio, más de 61.000 gallegos testaron en vida, con un nuevo récord en 2018: 19.658 pactos sucesorios, según datos del Consejo Notarial de Galicia. Un balance histórico que de mantenerse la tendencia del primer semestre se superará este ejercicio, ya que entre enero y junio de este año se formalizaron 9.627 herencias en vida, una media de 53 cada día, frente a los 8.357 del mismo periodo del año pasado „46 diarias lo que supone un aumento del 15%„.

Hasta enero de 2016 un contribuyente gallego tenía que desembolsar por el impuesto de sucesiones hasta 20 veces más que en otras comunidades. Un ejemplo basta para comprobar el impacto tributario que tenía el gravamen en Galicia antes de la reforma de la Xunta: un heredero que recibía dos pisos y 30.000 euros en metálico debía afrontar el pago de unos 27.000 euros frente a los apenas 1.200 que tendría que abonar por ese legado un contribuyente afincado en Madrid.

Pero con las exenciones fiscales de hace tres años, en Galicia el 99% de los herederos en línea ascendente o descendente (padres-hijos, abuelos-nietos y cónyuges) a día de hoy no tienen que rendir cuentas con el fisco por el legado recibido. El único desembolso al que hay que hacer frente: la plusvalía municipal.

Esta tendencia al alza en los pactos sucesorios será aún más notoria a partir del próximo año ya que la Xunta anunció esta semana la extensión de las bonificaciones en Sucesiones para testamentos inferiores a un millón de euros por heredero. Y en caso de que se supere, se tributará por lo que supere esa cifra. Es decir, si son 1,3 millones, por 300.000 euros.

Pero un factor determinante que llevará a más contribuyentes a testar en vida será la reforma pendiente del Gobierno central. La propuesta del PSOE, ya desgranada esta legislatura, pasa por establecer un tipo fijo para todas las comunidades con el objetivo de evitar la actual brecha fiscal entre autonomías. Aunque cada territorio tenga la capacidad de cambiar los tipos o deducciones en sucesiones, tendrían que ceñirse al tipo mínimo y al máximo que fijase un hipotético Ejecutivo socialista.

Por su parte, la reforma del PP con la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones abriría la puerta a que las herencias tributen en el IRPF. En caso, economistas y expertos fiscales advierten de que el contribuyente saldría perdiendo ya que tendría que pagar hasta un 45% en la renta.

¿Qué suele incluir un pacto sucesorio? En ocasiones los padres que quieren mejorar a un heredero solo transmiten la nuda propiedad de los inmuebles reservándose el usufructo para, de este modo, conservar las rentas que devenguen de los alquileres de viviendas o locales transmitidos. En otras ocasiones lo que se transmite es dinero para facilitar a los hijos el capital necesario para abrir un negocio o realizar la compra de una vivienda o cualquier otro inmueble. Esta modalidad se aplicó sobre todo durante la crisis, cuando las entidades bancarias eran más reticentes a la concesión de préstamos hipotecarios.

Por provincias, A Coruña y Pontevedra concentran el grueso de las herencias en vida suscritas en Galicia. Solo entre enero y junio de este año, 3.833 coruñeses testaron en vida (el 40% del total en la comunidad y casi un 16% más que hace un año). En Pontevedra lo hicieron 3.573 coruñeses (el 37% todos los pactos sucesorios en la Galicia y un 22% más que el primer semestre de 2018). En Ourense se suscribieron 1.017 transmisiones en vida (el 10,5% del conjunto autonómico y un 16 más que hace un año). Por el contrario en Lugo, con 1.204, cayeron un 3%.