El BNG espoleó ayer a sus bases con un acto que reunió a más de un millar de simpatizantes y los principales referentes de la formación para tratar de recuperar la presencia en el Congreso, del que quedó fuera en 2015 por primera vez en dos décadas, en las elecciones generales del 10 de noviembre. "Esta vez sí", vaticinó sobre la obtención de algún parlamentario la portavoz nacional de la formación, Ana Pontón. Los comicios, además, testarán las fuerzas de las organizaciones gallegas a un año de la cita autonómica con las urnas.

Pontón fue la encargada de marcar el terreno y reforzar la sensación de revitalización que transmite el Bloque frente a la desintegración de la izquierda rupturista tras la división de En Marea en dos grupos de nueve y cinco diputados, respectivamente, en el Parlamento gallego, perdiendo así el liderazgo de la oposición al PP de Alberto Núñez Feijóo en favor del PSdeG.

Al alza

A pesar de que en las autonómicas de 2016 el BNG perdió un acta y cayó a los seis diputados y que en los tres comicios generales celebrados desde 2015 no ha logrado entrar en el Congreso en el que tuvo representación dos décadas seguidas hasta con tres asientos, la fuerza nacionalista defiende que está "al alza" electoralmente y más cohesionado que nunca.

Ante los suyos, Pontón atacó al presidente de la Xunta y del PP gallego, que un día antes tachó de "anti-España" el manifiesto a favor de la autodeterminación suscrito por varias formaciones independentistas, entre ellas el BNG. "Anti-Galicia es el decreto que prohíbe usar el gallego en las matemáticas y en la física" en los colegios, "negar la tarifa eléctrica gallega" y "poner en riesgo" la salud de los ciudadanos "con recortes" en el Servizo Galego de Saúde (Sergas), expuso en alusión a medidas tomadas por el Ejecutivo de Feijóo desde 2009.