Cuando iba a empezar la obra del puerto exterior de A Coruña había un día sí y otro también un incendio en Arteixo. ¿Por qué? Porque iban a empezar las expropiaciones y los dueños de los montes querían localizar los marcos de sus fincas, pero en vez de desbrozar prendían fuego para limpiar y las llamas se les iban de las manos. No es el único caso. La Consellería de Medio Rural ha detectado que en los meses previos a una obra pública se multiplican los fuegos donde va a haber fincas expropiadas.

También observan que suele haber incendios en zonas de acantilados y con senderos estrechos por los que se camina hacia el mar para ir a pescar o mariscar. El objetivo: ampliar el sendero. Además han comprobado que en ocasiones hay moteros y conductores de todoterreno que practican el monte a través aunque está prohibido por ley e incluso prenden fuego para eliminar maleza y ramas que le molestan para su afición.

Todas son casuísticas muy diferentes y todas queman el monte. No hay que olvidar los conflictos entre ganadores, pastores y comuneros, que están detrás de más de un fuego.