La rebaja del límite de velocidad en las carreteras secundarias de 100 a 90 kilómetros por hora se ha traducido en una caída de la accidentalidad en la red viaria gallega. Entre enero y octubre, Galicia registró un total de 70 accidentes mortales, lo que supone un 20,5% menos que en el mismo periodo de 2018.

Durante los diez primeros meses del año, la siniestralidad en carretera dejó 76 fallecidos en Galicia (un 17,4% menos que los 92 registrados el ejercicio pasado). La excepción en el mapa de la accidentalidad en la comunidad es Pontevedra, la única que experimentó un aumento de los siniestros mortales (5,3%). Mientras, en Ourense disminuyeron más de un 50%, en A Coruña un 17,5% y en Lugo un 11%, según el balance hecho público ayer por el Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste.

A Coruña se mantiene como la provincia gallega que concentra un mayor número de fallecidos en accidentes viarios: 33, el 43,4% del total en la comunidad; seguida de Pontevedra, con 20 víctimas mortales, el 26,3%; Lugo con 16 muertos, el 21%, y finalmente Ourense, con 7 (9,2%).

En octubre se produjeron siete accidentes que acabaron con la vida de siete personas. La mayoría de las víctimas fueron atropelladas o murieron a causa de que un vehículo se saliese de la vía. Todas las personas que fallecieron en este tipo de carreteras tenían más de 45 años y el rango de edad más afectado se comprende entre los 55 y los 64.

Las estadísticas de siniestralidad del mes pasado distan mucho de las registradas en 2018. Entonces hubo 17 fallecidos en la red viaria gallega, lo que supone un descenso este año de casi el 60%.

Por provincias, Pontevedra es la única que registró un repunte, con 3 fallecidos el mes pasado mientras que en octubre de 2018 no se produjo ningún accidente mortal en las carreteras de la provincia. En A Coruña hubo una víctima mortal frente a las ocho de octubre de 2018; en Lugo 2 (seis el año pasado) y en Ourense una (tres hace un año).