17 años después de que el Prestige sufriese una avería frente a la costa gallega con una carga de 77.000 toneladas de fuel, todavía el viejo monocasco sigue su larga travesía judicial con una batalla que finalmente deberá librarse en Reino Unido. Tras la sentencia del Tribunal Supremo dictada hace un año, en la que elevó a casi 2.000 millones de euros los daños de la marea negra, la Audiencia Provincial de A Coruña requirió al entorno del petrolero „el capitán y la aseguradora„ que abonasen la factura de la catástrofe medioambiental.

Al no hacer frente a ese pago ni el capitán, Apostolos Mangouras, ni la compañía de seguros, London Owers Mutual, España se verá abocada a un nuevo pleito en Londres, donde la aseguradora del Prestige tiene su sede. Pero de ganar el pleito en Reino Unido, el Gobierno español, la Xunta y las autoridades francesas solo podrán hacerse con 1.000 millones de dólares (poco más de 870 millones de euros) ya que es el importe de la póliza que tenía suscrita la armadora.

Tras la sentencia definitiva del Supremo y el fallo de la Audiencia de A Coruña que establecía que fueran las partes las que instasen la ejecución de la resolución en los tribunales británicos, la Abogacía del Estado presentó una demanda ejecutiva ante un tribunal inglés. Pero desde la armadora del Prestige alegan que en la póliza se establece que de iniciarse un proceso judicial en Reino Unido se debe acudir a tribunales de arbitraje. De hecho, el entorno del petrolero ya ha hecho "movimientos" para acudir al arbitraje y "no hay intención alguna de llegar a un acuerdo", según advierten fuentes próximas al caso.

El proceso en los tribunales británicos, tal y como apuntan, se augura "largo, complejo y de resultado incierto". Además ya hay precedentes que tumbaron los pasos dados por España para poder dirimir los daños causados por la mayor catástrofe medioambiental en aguas españolas. Hace ya más de tres años, España y Francia perdieron la batalla judicial en Gran Bretaña. Entonces pretendían que el pleito por el dinero del seguro fuese en sus respectivas jurisdicciones en lugar de estar sujeto a los tribunales de arbitraje británicos.

Al complejo proceso que tendrá que librarse en Reino Unido para reclamar el pago de las indemnizaciones al entorno del petrolero se suma el Brexit „la Unión Europea acordó extender el plazo para la salida hasta el 31 de enero„. Y es que iniciar un litigio fuera del espacio de la Justicia europea acarreará trabajas al no disponer de los mismos mecanismos legales para reclamar. Con la salida de Reino Unido de la UE, se pierden instrumentos de cooperación jurídica que en la actualidad hacen más sencillo recurrir a los tribunales británicos.

Durante el juicio por la marea negra del Prestige, celebrado en A Coruña y que se prolongó durante nueve meses, la aseguradora no se presentó con el objetivo de evitar una sentencia en contra. Pero al ser responsable civil su presencia en el proceso no era necesaria y, finalmente, no se libró de la condena.

Con el pleito que ahora se abra en Londres se cerrará la travesía judicial del Prestige. Pero lo hará más de 17 años después de que el viejo monocasco tiñese de negro más de 3.000 kilómetros de costa, desde la desembocadura del río Miño hasta Francia. Y sin la garantía de que finalmente la propietaria responda con los mil millones de dólares de la póliza de los daños causados, valorados por la Fiscalía en más de 4.000 millones de euros.