La aldea de los abuelos, el piso en pleno centro de los tíos o la casa en la playa de unos amigos. El turismo crece en Galicia, pero los efectos de la crisis han dejado huella en sus tendencias de desplazamiento: son cada vez más las familias que viajan en vacaciones a las viviendas de familiares o amistades. Y es que si hace diez años este tipo de turismo solo representaba el 18% en la comunidad, en la actualidad ya alcanza el 46%, según un informe de la Xunta que recoge datos de la Encuesta de Turismo de Residentes, Egatur y Frontur.

Galicia cerró el año pasado con más de 4,8 millones de turistas alojados en hoteles, apartamentos turísticos, campings y casas de turismo rural, una demanda que se tradujo en casi 10,3 millones de pernoctaciones. El volumen total de visitantes sin embargo es mucho mayor: 11,63 millones. Es decir, casi 6,2 millones de ciudadanos que eligieron Galicia como destino para sus vacaciones o una escapada de fin de semana o durante un puente no durmieron en la red de alojamientos turísticos. Hasta un 63% lo hicieron en casas de amigos o familiares, segundas residencias o pisos ilegales. Los hoteles y pensiones solo captan el 24,4% del todos los visitantes que pasaron por la comunidad gallega el año pasado. A la cabeza están las viviendas de familiares o amigos (46%). La segunda residencia como destino vacacional es la elegida por el 15,2%, mientras que el 12,2% se hospeda en otro tipo establecimientos, como son turismo rural, los apartamentos turísticos y los campings, y el 2,2% en alojamientos no regulados, como pisos o habitaciones ofertados por particulares al margen de la ley.

La estancia en viviendas de familiares o amigos es la opción favorita en los desplazamientos internos. Hasta un 55,3% de los gallegos que hicieron turismo en la comunidad en 2018 se alojaron en casas de abuelos, primos, tíos o de amistades. Y un 21% optaron por viviendas de su propiedad en otro punto de la geografía gallega. En hoteles o similares, solo pernoctaron el 11,1% de los gallegos que se tomaron unos días de vacaciones el año pasado. En alojamientos ilegales, lo hicieron un 2,1%.

Los hoteles es la primera opción de los turistas extranjeros, según recoge el informe de 2018. Casi 6 de cada diez visitantes que eligen Galicia como destino se decantan por este tipo de alojamiento, seguido de lejos por las casas de familiares o amigos (17,2%) y otro tipo de alojamiento de mercado (13,8%). Ahora bien, este colectivo es el que mayor uso hace de las plazas vacacionales no regladas: casi un 5%.

Los visitantes que vienen de otras comunidades, al igual que los gallegos que hacen turismo en la propia comunidad, eligen mayoritariamente las viviendas de conocidos para sus vacaciones de verano o escapadas durante un puente. El 40,4% de turistas procedentes de otros puntos de España se asentaron en casas de la familia o de algún amigo. Por los campings, casas de turismo rural o apartamento turísticos, optaron el 14,4%, mientras que en su vivienda en propiedad pasaron unos días de descanso el 8,4%. Este colectivo de visitantes es el que menos uso hace de los alojamientos al margen de la ley (1,4%).

De los más de 11,6 millones de visitantes que disfrutaron del sol o la montaña en Galicia en 2018, 6,7 millones son de la propia comunidad (58%), casi 3,4 millones (29%) proceden de otros puntos de la geografía española y 1,5 millones son extranjeros (13%).

El gasto total en la comunidad roza los 3.500 millones de euros. Los extranjeros pese a representar la parte más pequeña de la tarta de visitas a la comunidad son los que más se rascan el bolsillo durante sus vacaciones: casi 1.750 millones en 2018 (37.3% del total). Le sigue el gasto que hacen los viajeros procedentes de otras comunidades: 1.184 millones (29,1%). Y finalmente, los gallegos se dejaron en sus días de descanso en la comunidad el año pasado poco más de 550 millones (apenas un 20%).

El desembolso medio por día de vacaciones en Galicia según el origen del visitante es revelador. Por debajo de la media en la comunidad „64,5 euros„ el viajero gallego se deja apenas 35 euros al día, frente a los 54 del turista procedente de otras comunidades autónomas. El mayor nivel adquisitivo de los turistas extranjeros deja huella en su desembolso diario: 108 euros, el triple que un turista gallego o casi el doble que un visitante de otra comunidad autónoma.