La vigilancia es un elemento clave para combatir las negras estadísticas de fallecidos en el asfalto. Tras conseguir rebajar la accidentalidad en carretera, las autoridades en materia de Tráfico ponen ahora bajo la lupa a las ciudades. Para tratar de frenar los siniestros por exceso de velocidad o por consumo de alcohol y/drogas en pleno centro urbano, dos de las lacras de la accidentalidad en las carreteras de todo el país, el fiscal de Seguridad Vial del Estado, Bartolomé Vargas, advirtió ayer de la necesidad de un "mayor esfuerzo" en el ámbito urbano para el control de los consumos al volante, así como apeló a un aumento del uso de los radares por parte de los policías locales. "La estrategia de radares es esencial en la carretera y es casi todavía más esencial en el ámbito urbano", destacó Vargas tras un encuentro en A Coruña con el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes; su homólogo en la comunidad gallega, Carlos Gil, y responsables de Tráfico.

Los datos hablan por sí solos: La velocidad es un factor determinante en el 30% de los accidentes de tráfico y el alcohol y/o las drogas están presentes en el 40% de los siniestros mortales. Desde la DGT atribuyen parte del descenso de la mortalidad en la red viaria al uso de dispositivos de control de velocidad, que en el caso de Galicia en los últimos diez años se ha reducido más de un 60%. Junto con el uso de radares, otros elementos que han contribuido al descenso de los fallecidos en carretera destacan la implantación del carné por puntos en 2006, la reforma del Código Penal en 2007 y el refuerzo de los controles. De las más de 191.000 denuncias interpuestas el año pasado por los agentes de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia, el 60% (más de 114.000) fueron por pisar más de la cuenta el acelerador; por consumo de alcohol, casi 9.500 y por drogas, 6.250.

Ante la radiografía de la accidentalidad en la red viaria, el fiscal de Seguridad Vial del Estado urgió en su visita ayer a la sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) un "mayor esfuerzo" en las ciudades para el control del consumo del alcohol y las drogas al volante. "Hay cierta banalización del consumo de cannabis en cierto segmento de la población, pero en la conducción es letal", sentenció Vargas.

Y sobre la necesidad de aumentar los radares urbanos, argumentó que los delitos de exceso de velocidad están en "íntima relación" con el número de estos dispositivos de control.

Durante el encuentro en A Coruña, se acordó promover en las cuatro provincias gallegas mesas de coordinación en el ámbito educativo. "Con colegios, con universidades y con la presencia de la tercera edad", destacó Vargas. Coincidiendo con su presencia en A Coruña en unas jornadas internacionales de seguridad vial organizadas por la Confederación Nacional de Autoescuelas, (CNAE) el fiscal de Seguridad Vial apeló al papel "central" de las academias para promover una educación en la materia. También urgió más recursos para atender a las víctimas.

Por su parte, el fiscal superior de Galicia hizo balance de los delitos de tráfico detectados en la comunidad el año pasado: casi 5.400 llevados a juicios, de los que el 60,75% fueron por consumo de alcohol y/o drogas y casi el 36%, por conducir sin carné.