Los medios aéreos y marítimos que el Estado mantiene en Galicia, más los que con motivo del embarrancamiento en la costa de Ares del quimiquero maltés Blue Star ha desplazado a esta zona de Galicia, se han puesto a disposición de la compañía Smit Salvage que la naviera del buque accidentado ha contratado para intentar la salvación de este una vez que se logre la extracción del fuel y gasóleo „alrededor de 100 toneladas„ que el Blue Star transporta para su autoconsumo.

Hasta aquí, todo correcto. Es lo que se debe hacer. En cualquier caso, es lo que se considera debe hacerse en circunstancias como las que, una vez más, nos toca vivir a los gallegos. Tocaba un nuevo susto y este lo trajo el Blue Star. Un buque que fondeó en ese punto de arribada tan conocido por todos los capitanes que navegan por estas aguas y que, al parecer, sufrió las consecuencias del temporal de mar y viento del pasado viernes.

El quimiquero garreó „tenía largada un ancla„ y, ante la imposibilidad de modificar la situación del navío ante el temporal, su capitán optó por capear en ese mal momento en circunstancias francamente desfavorables. Un incidente en la máquina, un incendio en esta y el buque se queda sin gobierno. Lo peor. Sobreviene el incendio en la máquina y, tras el aviso pertinente, se pone el dispositivo de intervención y salvamento en marcha. Se alerta el Plan Nacional de Salvamento Marítimo y se activan los planes interiores de los puertos de Ferrol y A Coruña. Tanto en A Coruña como en Ferrol y Fene se prevén acciones de intervención con barreras en el caso hipotético de un vertido. Este no se ha producido y cabe esperar que no llegue a ser necesaria la extensión en el mar de las barreras anticontaminación.

Sin máquina (no hay energía), poco o nada se podía hacer, salvo intentar de alguna manera largar las anclas que ayudasen a frenar la deriva del Blue Star. No se hizo, y con la pleamar el buque quimiquero embarrancó/varó en una zona de rocas y arena donde, ahora mismo, está encamado. Se han partido varias estachas en al menos tres intentos de remolque y el Blue Star apenas se ha movido de su cama. Ni siquiera con la ayuda de la pleamar. Los trabajos se han suspendido, se evacua la tripulación y el objetivo es, como ayer, retirar el combustible que hay a bordo. Es trabajo para los experimentados hombres de la Smit Salvage. Una página más en la historia triste de un mar con demasiadas páginas negras en el libro de la vida y la muerte.

Teóricamente, esta vez hemos zafado.