El Blue Star fondea en la ría de Ares en la tarde del pasado viernes procedente de Bilbao. A las 21.25 parte hacia el puerto de A Coruña. A las 22.30 se detiene, empieza la deriva y a las 23.50 embarranca. Esta es la cronología rápida del accidente del quimiquero que aún permanece embarrancadoembarrancado.

Pero ¿qué sucedió en esos 90 minutos, entre que el barco se queda sin propulsión y choca contra la costa? ¿Cómo es el proceso de toma de decisiones para que un buque vire ancla (salga, en este caso, del fondeadero de Ares) y navegue al puerto de A Coruña? ¿A qué hora tuvo Salvamento Marítimo (Sasemar) conocimiento de que el buque tenía problemas? ¿Funcionó el protocolo de seguridad? ¿Por qué no estaba embarcado el práctico? ¿No hubo tiempo de enviar un remolcador? ¿Por qué el capitán del barco no uso las dos anclas para detener el buque?

Cualquier barco que quiera salir del fondeadero de Ares tiene que notificarlo a la torre de control marítimo de A Coruña, que filma y controla los movimientos de todas las embarcaciones, aseguran fuentes conocedoras de estos protocolos. "El capitán jamás vira ancla sin autorización", explican. Es el práctico el encargado de comunicar al barco que puede partir. Lo "ideal", apuntan, hubiese sido que el práctico embarcase ya en el fondeadero por las condiciones de la entrada del puerto de A Coruña y, en el caso del pasado viernes, porque las condiciones climatológicas y de luz no eran las más adecuadas. Pero no fue así. Expertos sostienen que el práctico intentó acceder al barco una vez que había iniciado la marcha, pero debido a las condiciones del mar le fue imposible.

Según un video que muestra las dos últimas horas de la trayectoria del Blue Star, sale del fondeadero de Ares a las 21.25, a las 22.30 se detiene y empieza a navegar a la deriva. Si a esa hora sufrió el incendio, ¿cuándo tuvo Salvamento Marítimo conocimiento de que tenía problemas? ¿Cómo fueron las conversaciones entre ambas partes? ¿Y el remolcador? Uno salió de A Coruña y otro de Ferrol? ¿Hubiesen llegado a tiempo?

El tiempo que tarda un remolcador en recorrer la distancia de 8 millas (16 kilómetros) desde su base en el puerto de A Coruña hasta el centro del fondeadero de Ares, además del tiempo de activar todo el protocolo de la tripulación, encendido de máquinas... es de unos 60-75 minutos, según apuntan las fuentes consultadas. Es decir, si el primer aviso de que tiene problemas se recibió sobre las 22.30, cuando el remolcador llegaría a la zona, el Blue Star estaría a punto de impactar contra las rocas. Lo hizo a las 23.50.

Descartada la ayuda exterior, la única forma de que el barco no embarrancase se tenía que producir desde dentro del Blue Star, explican las fuentes. ¿Por qué el capitán no utilizó las dos anclas para detener el buque o, al menos, reducir la velocidad antes de embarrancar?, se preguntan. "El capitán pudo minimizar el daño si utiliza adecuadamente las anclas", asegura Julio Asorey, capitán de la marina mercante con más de 40 años de experiencia, de los que 29 estuvo al mando de buques de distintos tonelajes.

"Un capitán competente hubiese fondeado en emergencia usando ambas anclas. Ese buque dispone de aproximadamente 10 grilletes en cada escoben (orificios en la proa por donde salen las cadenas) y es suficiente para, con el tiempo reinante y sin máquina, quedar nuevamente fondeado", explica.

"Las anclas son otro sistema de seguridad activo que tienen los barcos", reconocen otras fuentes que rememoran las palabras del capitán del Prestige Apostolos MangourasPrestige cuando le preguntaron en el juicio si había peligro de que se estrellase contra la costa al meter el petrolero en la ría de Corcubión: "No, para eso tengo las dos anclas, para pararlo".

Las anclas deben llegar a los puertos destrincadas (bajadas del lugar en que están durante la travesía) y listas para fondear. En una maniobra nunca deben ir engranadas, aseguran todas las fuentes consultadas. Aunque un buque quede sin motor por un incendio (como fue el caso del Blue Star), el mecanismo para largar las anclas no necesita energía. Se opera de forma manual. El ancla cae por gravedad y su peso hace que llegue al fondo y la velocidad del buque hace el resto.

Julio Asorey recuerda que el Blue Star dispone de "dos anclas operativas, a no ser que no haya destrincado a la llegada la de estribor y que haya quedado engranada en la maquinilla y al caer los motores ya no podría destrincarla, cosa poco probable. Esto es muy grave si no se ha hecho así".

Asorey tuvo un percance parecido con un barco de más de 250.000 toneladas en el puerto de Rotterdam y lo solucionó con las dos anclas. "Al perder arrancada y capacidad de maniobra las anclas son la salvación", reconoce.

¿Cómo debería haber actuado el capitán del Blue Star? "Filar (largar) la cadena que tiene en el agua un poco más (siete u ocho grilletes) y si garrea, fondear la otra; filar cinco grilletes de esta aproximadamente y cuando igualas tensiones casi seguro que habría parado de garrear. De no ser así, seguir filando de la segunda, igualarlas y hacer firme todo en el molinete", describe. El fondeadero de Ares es perfecto para realizar esta maniobra.

"Con la velocidad a la que iba, inferior a tres nudos, hubiese quedado perfectamente fondeado ya que la profundidad en donde perdió capacidad de gobierno es de 28-30 metros y es muy buena para obtener un resultado satisfactorio para esta operación", aclara. Y si esta acción no es suficiente por lo menos se reduce la velocidad del impacto contra las rocas.