Todo estaba dispuesto para que ayer mismo se iniciaran los trabajos de bombeo a tierra del centenar de toneladas de combustible que el quimiquero maltés Blue Star lleva en tanques y tenía dispuesto para uso del propio barco. Pero el hombre propone y, en este caso, el sol dispone. Y dispuso, vaya si dispuso: la tarea llevada a cabo para comenzar ayer dicho bombeo y finalizar este hoy, se pospone por las pocas horas de luz y se realiza hoy para finalizar mañana, ea. Gasóleo y fuel están en los tanques de cubierta y esta mañana, la tupida red de mangueras y tirolinas del barco a tierra y de tierra al barco tendrá sentido y justificará lo hasta ahora realizado como preparativo. Así, con el bombeo del combustible en marcha y la vista puesta en el tramo entre el barco y tierra por si hay algún derrame, quitarse de encima otra de las grandes preocupaciones de cuantos intervienen en una maniobra no exenta de riesgo. Queda, sin embargo, el laborioso y poco grato trabajo de extraer de la sentina y tanques en los que permanecen confinados „materia sucia de los tanques de almacén„los residuos generados, alrededor de siete toneladas, que deberán ser trasladados asimismo a tierra para su tratamiento posterior. Y queda, sobre todo, esperar a que el mar, con buenas olas, permita que el quimiquero se mueva en su "cama" y dé una mínima esperanza para su reflotamiento, tarea de gran dificultad dado el lugar en el que ha "encamado" en su embarrancamiento este buque de casi 130 metros de eslora.

Cuestión: ¿presurizar los tanques de lastre para lograr una mayor flotabilidad del navío, de forma que por presión se empuje hacia abajo el agua y, de este modo, con la ayuda de la marea tratar de salvar los escollos existentes a proa y popa para que el Blue Star flote nuevamente, o proceder „caso extremo„ a una voladura controlada de las rocas que lo aprisionan en esa que decimos "cama" en la que, desde el pasado viernes, parece dormir el sueño de los justos?

Los técnicos de la Smit Salvage parece tener todo previsto. Incluso es una impresión personal„ el desguace en el lugar en el que se haya del buque quimiquero. Sería el último recurso. Tal vez, el único verdaderamente válido. El buen tiempo, caso curioso, no ayuda en demasía a que el mar colabore en el reflotado del navío. Vendría bien un potente tren de olas. Mañana, domingo, podría ser un buen día para intentarlo porque, según se prevé, habrá una marea muy aprovechable. Porque, a la vista del panorama, hasta mediados de diciembre tan solo se registrarán mareas bajas en la zona. Desear, por tanto, que el mar empuje un poco y remueva en su lecho temporal a un buque que nadie ha llamado a este punto de la costa de Ares.

Lo dicho: el hombre propone y el sol dispone. Pero que el domingo, por favor, las olas colaboren.