Dieciocho días después, el quimiquero Blue Star fue liberado por fin ayer, a las 14.30 horas, de las rocas de As Mirandas, en Ares, desde donde se trasladó al puerto exterior de Ferrol para someterse a una revisión de daños. Tras un intento fallido en la madrugada previa, y casi por sorpresa, la tensión de los cabos de dos remolcadores consiguió liberar al buque de su trampa rocosa.

El dispositivo de rescate diseñado por la firma holandesa Smit Savage finalmente funcionó. Tras el vaciado de los tanques de combustible, se necesitaron tres tentativas y dos remolcadores con gran capacidad de tiro para desencallar al quimiquero varado en aguas de Ares desde la noche del pasado 22 de noviembre.

La crecida del mar contribuyó a que el operativo funcionase. Aunque la pleamar estaba prevista para las 15.00 horas, la acción coordinada de la tensión ejercida por los cabos conectados desde popa con los buques Boka Pegasus y Union Princess sumada a la fuerza de las olas „mayores de las esperadas„ despegaron el casco del lecho rocoso, antes de lo esperado. "Hacia las 14.30 horas los remolcadores han desencallado y reflotado el buque. Ahora se dirige al puerto exterior de Ferrol para inspección. Finalmente, la tensión del tiro, combinada con la pleamar y las olas, concluyó con éxito", informó pasadas las tres de la tarde la Delegación del Gobierno, a través de la que se canalizaron las comunicaciones oficiales.

A primera hora de la mañana la propia Delegación había informado de que, tras el intento previo fallido durante la noche, "en la pleamar no se dieron las circunstancias para tirar"„ la operación se retomaría "en los próximos días".

Precisamente la tensión mantenida en los cabos conectados con el quimiquero, fue la que favoreció su liberación. Tras lograrse el objetivo, los remolcadores desplazaron la nave al centro de la ría de Ares a un área de mayor calado y, desde aquí, al puerto exterior de Ferrol. El traslado se prolongó durante la tarde de ayer.

Sin combustible en sus tanques, libre de carga y sin lubricantes en los motores, el buque con pabellón maltés se someterá en la rada de Ferrol a una primera inspección de daños.

Además de los dos barcos que arrastraron el buque, durante todo el operativo de ayer, los remolcadores Don Inda y Vehintiocho permanecieron cerca del quimiquero por si se hacía necesaria su intervención.

El puerto de Ferrol dista unos cinco kilómetros (2,69 millas náuticas) de la zona del siniestro. Ya en tierra, los equipos técnicos realizarán una revisión completa de daños, tanto los que se produjeron al incendiarse la zona de máquinas el día de autos, como los producidos durante el período en que el barco permaneció encallado. Una vez se conozca el alcance, la naviera valorará el astillero en el que afrontará la reparación del barco siniestrado.

El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, destacó ayer la "coordinación de todos los medios" para "cumplir el objetivo" de reflotar el buque.