El mercado inmobiliario empieza a tambalearse en la recta final de año. La desaceleración prevista para el primer semestre de 2020 en Galicia, con una caída en las ventas del 10% y en el precio, del 5%, ya ha dejado los primeros síntomas este ejercicio: un sctok de viviendas nuevas a la venta en mínimos (apenas 20.000), tan solo 3.300 pisos disponibles para arrendamiento y poco más de 3.700 visados de obra nueva. Desde la patronal inmobiliaria urgen una bolsa de 12.000 viviendas libres a la venta en los próximos cinco años, en especial en las ciudades de A Coruña y Vigo con una "importante demanda" a día de hoy. Pero las grúas y las excavadoras no trabajan ni al 10% de lo que lo hacían antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria: en 2006 se concedieron en la comunidad más de 51.000 visados de obra nueva „unos 140 cada día„ y doce años después son apenas 3.800 „una media de diez al día„, lo que supone un desplome del 92%, según datos de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

La sobreconstrucción antes del boom del ladrillo provocó en España un elevado stock de inmuebles para los niveles de demanda. Pero no es el caso de Galicia. Las casas de segunda mano han tirado del sector „representan ya más del 70% de las operaciones de compraventa„ ante la falta de nuevos proyectos, ya que la comunidad necesita quintuplicar la construcción de viviendas para cubrir la demanda. A cierre de 2018, el stock de viviendas nuevas sin vender en Galicia rozaba las 22.000 „en la provincia de A Coruña, 9.392; en Lugo 203; en Ourense, 2.825 y en Pontevedra 7.622„. Y este año, según estimaciones de Fegein, la oferta llegará a mínimos: menos de 20.000, de las que un 60% son vivienda habitual y un 40% residencial de segunda vivienda, principalmente en la costa.

La evolución de las licencias de obra nueva refleja la parálisis a la que se ve abocado el sector inmobiliario en la comunidad, en especial en 255 concellos (80%), donde las nuevas promociones y las operaciones de compraventa serán "prácticamente testimoniales" en el primer trimestre del próximo año, según advierte el presidente de la patronal gallega, Benito Iglesias. "Se evidencia la disfunción de la Galicia de dos velocidades; en la provincia de Ourense, sur de Lugo e interior de las provincias de A Coruña y Pontevedra reflejarán una actividad en el mercado de la vivienda en mínimos, y en algunos ayuntamientos de menos de 2.000 habitantes la actividad será de cero licencias de obra nueva y cero números de compraventa", cuestiona Iglesias.

Uno de los síntomas que dan cuenta de esta desaceleración del sector del ladrillo son los visados de obra nueva, con un volumen a años luz de las licencias concedidas en época de bonanza. 2019 arrancó con solo 3.749 visados de construcción en la comunidad „1.451 en A Coruña, 1.210 en Pontevedra, 565 en Lugo y 250 en Ourense„. Son 13 veces menos que los registrados en 2006: un total de 51.265 „más de 24.000 en la provincia de A Coruña, casi 14.200 en Pontevedra, más de 9.900 en Lugo y 3.042 en Ourense„.

"Hace falta vivienda asequible, ya que en Galicia hasta un 70% de las familias ya solo pueden acceder a una vivienda a un precio social. Y el segmento de edad de entre 20 y los 35 años no tiene la suficiente capacidad de pago para afrontar una vivienda libre en propiedad", alerta el presidente de Fegein. Para recudir los precios de los pisos en arrendamiento, Iglesias ve necesaria una bolsa de 20.000 viviendas y también la oferta de pisos de protección oficial en régimen de arrendamiento „en torno a 5.000 con opción a compra en un modelo contractual de hasta diez años„. La zona con más demanda de pisos protegidos, según apuntan desde el sector inmobiliario, es Vigo y sus concellos limítrofes, con una necesidad de unas 2.000 viviendas de este tipo. Para A Coruña y su área, Fegein propone 1.200 pisos de protección oficial. El volumen del resto de ciudades y sus áreas de influencia es mucho menor: para la zona de Santiago, 500; para Pontevedra y Lugo, 400 para cada urbe; para Ourense, 300 y para Ferrol, 200.