Cero víctimas en carretera. Ese es el objetivo que persigue la DGT y, por tanto, que un accidente de tráfico no se deba a una distracción al volante, exceso de velocidad, consumo de alcohol y/o drogas o conducción temeraria. Galicia cerró 2019 por debajo de los 100 fallecidos „en concreto, 90 víctimas mortales, lo que supone un 13% menos que los 104 registrados el año anterior. Es la cuarta vez en la historia de Galicia que se bate esta marca; en 2017 hubo 76 muertos; en 2015, 92 y en 2013, 98. Con este balance, el segundo con menos fallecidos en la red interurbana de la comunidad, Galicia se convierte en una de las doce autonomías con un descenso en la accidentalidad mortal y registra ya la mitad de fallecidos que hace diez años „entonces se contabilizaron un total de 186„.

Por provincias, A Coruña concentra casi la mitad de muertos en la red viaria gallega (41, casi un 9% menos que los 45 registrados el ejercicio anterior). Ourense lidera la caída en la siniestralidad viaria de la comunidad, con casi la mitad de víctimas mortales que hace un año (8 frente a los 15 de 2018). En Lugo el descenso alcanzó el 15%, con un total de 17 muertos. Mientras que en Pontevedra, las estadísticas no variaron en el último año: cierra 2019 también con 24 fallecidos.

Evolución

Las estadísticas en el conjunto del país son históricas, aunque siempre mejorables. En 2019 hubo 37 días sin fallecidos en carretera y en los meses de abril, junio y agosto murieron menos personas en el asfalto. El día de mayor siniestralidad en carretera fue el domingo 21 de julio, con 13 fallecidos. El promedio diario de muertos en accidentes e tráfico ha sido de tres víctimas. Es el primer año que no muere nadie en un autobús. La limitación de la velocidad a 90 kilómetros por hora en las carreteras secundarias ha reducido un 9% la mortalidad en estas vías. En total, 1.098 fallecidos en las carreteras interurbanas del país y casi 4.400 heridos que requirieron ingreso hospitalario, lo que supone un descenso del 7,6% en el número de fallecidos y del 3,8% en heridos graves, según el balance presentado ayer en Madrid por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Durante el análisis de las estadísticas del año pasado, Marlaska destacó la disminución de víctimas mortales en carretera pese al aumento de los desplazamientos en coche, que el año pasado repuntaron un 2,5% en el conjunto del país (10,2 millones más). En 2019, se realizaron más de 427 millones de viajes de largo recorrido; el parque de vehículos aumentó un 2,2% (ya que superan los 34,5 millones) y el censo de conductores creció un 1,3%, con un total de 27,2 millones.

En Galicia, 2017 es el año con menos fallecidos en la red viaria y 2019 se coloca como segundo con menos accidentes mortales. Mientras, en España se cerró el ejercicio pasado con el mínimo histórico (hasta entonces lo era 2015 con 1.131 muertos). Ya son un 42% menos que las 1.903 víctimas mortales contabilizadas hace diez años y, en el caso de Galicia, casi un 52% menos. "Estos datos parecen indicar que se está consolidando un cambio de tendencia que se inició el año pasado en el que por primera vez y después de cuatro años de aumento de fallecidos, hubo una ligera disminución", destacó Marlaska. No obstante, advirtió de que "las 1.098 muertes violentas por desplazamientos son inaceptables para nuestra sociedad, y los datos que hoy presentamos son lo que nos anima a seguir trabajando porque todos sabemos que los accidentes de tráfico son evitables".

En el mapa de la accidentalidad viaria, se mantienen marcadas en rojo cinco comunidades autonómicas: Andalucía, Extremadura, Madrid, País Vasco y La Rioja, ya que cerraron 2019 con más muertos en su red viaria. A la cabeza Madrid, con 42 fallecidos más, seguida de Andalucía (25). En el otro mapa de la DGT figura Galicia y otras once comunidades. En cifras absolutas, Comunidad Valenciana es la que registra un mayor descenso (33 víctimas mortales menos), seguida de Castilla y León (27), Cataluña (22) y con 14 fallecidos menos Galicia y Castilla La Mancha.