Desde que el 3 de diciembre de 2018, el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, avanzase, tras una reunión con la ministra de Defensa, Margarita Robles, que el Gobierno iba a llevar el contrato de las cinco fragatas para la Armada española al Consejo de Ministros "en las próximas semanas", han pasado 400 días sin noticias de nuevos encargos de barcos para Navantia Ferrol.

Aquel fue el anuncio de que los astilleros coruñeses iban a construir cinco F-110 por un importe de 4.317 millones que "permitirán la creación de 7.000 puestos de trabajo en Ferrol y su comarca", según avanzó el Ejecutivo en su momento. Diez días después, el Consejo de Ministros dio luz verde a la orden de construcción de los cinco buques y, finalmente, el 23 de abril del año pasado el Ministerio de Defensa firmó el contrato con Navantia para la construcción de las embarcaciones que darán trabajo durante una década.

Pero desde el primer anuncio que hizo Caballero han pasado ya 400 días. Más de 13 meses -todo un año completo- sin que se comuniquen nuevos contratos para los astilleros ferrolanos. Ni la llegada de la nueva presidenta de Navantia, Susana de Sarría, tras el cambio de Gobierno, ha supuesto la entrada de nuevos pedidos.

Las cinco fragatas destinadas para la Armada española son carga de trabajo suficiente para una década, pero lo serán a partir de 2022. El inicio de la construcción del primer buque, si no hay más retrasos, está previsto que se produzca en el primer trimestre de ese año (la previsión es que la primera se entregue en 2026 y la última en 2031).

En estos momentos, en los astilleros ferrolanos no hay ningún barco en la grada. El segundo de los AOR que se construye para la Armada australiana fue botado el pasado mes de agosto. Así que desde entonces la carga de trabajo se ha reducido mucho y el personal, sobre todo de la industria auxiliar, que trabaja en la construcción propiamente dicha de un buque "está casi mirando para el techo", reconocen fuentes de los trabajadores. A medida que se va terminando la construcción de un barco también van terminando su trabajo las personas especializadas en esas labores y si no hay más buques que construir se quedan sin trabajo.

La sequía de contratos va a provocar que si no hay nuevos encargos no haya trabajo en Navantia Ferrol durante los próximos dos años. Los sindicatos ya han alertado de que esta ausencia de encargos amenaza con destruir 500 empleos entre las firmas auxiliares de la ría de Ferrol.

Durante el último año y medio, Navantia ha estado cerca de hacerse con dos grandes contratos, pero al final se le han escapado. En junio de 2018, perdió la opción de construir nueve fragatas para la Marina Australiana. El contrato estaba valorado en 22.000 millones de euros. El segundo revés llegó en octubre de ese año cuando la Armada de Canadá no le adjudicó 12 fragatas.

Entre las previsiones de encargos, Navantia está pendiente del programa para dotar a la armada estadounidense 20 fragatas que se construirían en aquel país, aunque el diseño lo haría Navantia. Sin embargo, la Administración de Donald Trump ha reducido el presupuesto y el proyecto está a la espera.

Navantia ha vuelto a Marruecos tras más de tres décadas. Está en negociaciones con la marina marroquí para la construcción de dos patrulleros, pero el proyecto está aún muy verde y de materializarse no llegaría para dar trabajo a los astilleros ferrolanos antes de que arranque la construcción de las F-110 dentro de dos años.