Peatones, motoristas y ciclistas. Son los usuarios vulnerables en carretera ya que carecen de escudos con los que protegerse ante un accidente de tráfico. Este colectivo ya suma casi tantos fallecidos en la red viaria gallega como conductores y pasajeros de vehículos de cuatro ruedas. Pese a que Galicia cerró 2019 con 90 muertos en el asfalto, un 13% menos que el ejercicio anterior, la cifra de viandantes, moteros y ciclistas muertos fueron 39, lo que representa ya el 40% del total. En el conjunto de la accidentalidad viaria en la comunidad, bajaron todo tipo de siniestros excepto los atropellos, que pasaron de 14 a 20, un 43% más que el año anterior y que suponen ya uno de cada cinco (22%) fallecidos en las carreteras gallegas, según detalló ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, durante la presentación del balance de siniestralidad de 2019, en la que estuvo acompañado por la coordinadora de la DGT en Galicia, Victoria Gómez Dobarro, y el jefe del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil en la comunidad, el teniente coronel Francisco Javier Molano.

El accidente mortal tipo en Galicia es una colisión (40%) o una salida de vía (37%) en una carretera convencional (88%) protagonizada por un turismo (52%) de entre 10 y 24 años de antigüedad (58%) conducido por un varón mayor de 65 años (27%) que sufre una distracción (25%) o velocidad inadecuada (18%).

Contestar a una llamada, enviar un whatsApp, sintonizar una emisora de radio, encender un cigarrillo, sincronizar el GPS... Son algunas de las lacras de la accidentalidad en las carreteras de la comunidad. Perder de vista el asfalto durante unos segundos por atender el móvil es como recorrer a ciegas 650 metros, el equivalente a seis campos de fútbol. Esta distracción deja en la cuneta a cada vez más vehículos y, en el peor de los desenlaces, esa llamada nunca podrá volver a ser atendida. Desde hace unos años, los despistes al volante se han convertido en el factor determinante de los siniestros viarios, por delante de la velocidad. Uno de cada cuatro accidentes de tráfico ocurridos en las carreteras de la comunidad son debido a distracciones, según el balance de siniestralidad viaria detallado ayer por el delegado del Gobierno.

Para esta nueva legislatura que comienza, la DGT dejó pendiente la actualización del catálogo de sanciones, con el endurecimiento por usar el móvil al volante „seis puntos menos, el doble que los tres que resta ahora el carné por puntos„ o por viajar sin el cinturón de seguridad, con un menor sin silla de retención o no utilizar el casco „cuatro puntos menos, uno más que en la actualidad„.

Galicia cerró 2019 por debajo de los 100 fallecidos en carretera „en concreto, 90 víctimas mortales, lo que supone un 13% menos que los 104 registrados el año anterior frente al descenso del 7,6% en el conjunto del Estado„. Es la cuarta vez en la historia de la comunidad que se bate esta marca; en 2017 hubo 76 muertos; en 2015, 92 y en 2013, 98.

Con este balance, el segundo con menos fallecidos en la red interurbana de la comunidad, Galicia se convierte en una de las doce autonomías con un descenso en la accidentalidad mortal y registra ya la mitad de fallecidos que hace diez años „entonces se contabilizaron un total de 186„. "Siguen siendo muchas (víctimas) y queremos seguir mejorando estas cifras, por eso vamos a seguir trabajando este año en la misma línea, con inversiones en las carreteras y con un trabajo intenso desde la DGT y la Guardia Civil", destacó el delegado del Gobierno.

La clave del balance del año pasado en la comunidad gallega, que empezó peor que el anterior, está entre los meses de junio y octubre. En ese periodo 33 personas murieron en la red viaria de la comunidad, casi la mitad que las 65 registradas un año atrás.

Las carreteras convencionales se mantienen como las más peligrosas:79 muertos en este tipo de vías, un 88% del total, frente a los seis registrados en autopistas y 5, en autovías.

En su intervención, Losada aludió a la inversión en la renovación y mejora de las carreteras, con 260 millones de euros en las dos últimas anualidades, como claves para mejorar las estadísticas en las carreteras gallegas. La concienciación social, el aumento de la actividad de los profesionales de tráfico y la vuelta de la seguridad vial a la agenda pública son otros de los motivos.