Por primera vez desde principios de siglo, la población gallega ha bajado de los 2,7 millones de habitantes. Y la situación no tiene visos de revertir. Cada vez hay menos concellos que tengan más jóvenes que jubilados. En 2019 solo había dos. Una década antes eran 13. Así que la tendencia es que a corto plazo, quizá ya este año, los ayuntamientos que tengan más menores de 14 años que mayores de 65 desaparezcan. En la actualidad, solo dos concellos -Ames y Salceda de Caselas- tienen más población por debajo de los 14 años que jubilados.

El invierno demográfico por el que ya transita la comunidad gallega dibuja un panorama desolador. En los seis primeros meses del pasado año nacieron en Galicia 7.695 personas, la cifra más baja desde 1941. Y las muertes duplicaron a los alumbramientos. La comunidad lleva más de un cuarto siglo con su saldo vegetativo (diferencia entre nacimientos y muertes) en negativo.

Por provincias, hay diferencias entre las del interior y las atlánticas. En Ourense las muertes multiplican por 3,4 a los nacimientos y en Lugo casi las triplican (2,8). Por el contrario, en A Coruña casi las duplican (1,9) y en Pontevedra se multiplican por 1,6.

Ames y Salceda de Caselas son los dos únicos concellos que tienen más jóvenes que jubilados. En el primer caso, 5.561 frente a 3.737 y en el segundo, 1.698 frente a 1.424. Son la excepción dentro de un panorama en el que hay un tercio de los 313 de ayuntamientos gallegos en los que los mayores de 65 años multiplican, al menos, por seis, a los menores de 14 años. La mayoría están situados en las dos provincias interiores. En Ourense son 64 de los 92: un 69%. En Lugo, 31 de 67: un 46%. Mejor está la situación en las dos provincias atlánticas. En la de A Coruña, en 11 de los 93 concellos los jubilados multiplican al menos por seis a los jóvenes. Un 11,8% del total. En la de Pontevedra el porcentaje es menor, 9,8%, ya que solo seis de sus 61 ayuntamientos cumplen esta regla.

Los expertos aseguran que para que el sistema de pensiones sea viable debe contar, al menos, con dos cotizantes por cada pensionista. Si cada vez hay menos nacimientos, menos gente joven y más población que supera los 65 años, las cuentas no salen.

Si se hace foco sobre los 112 concellos que están en la tesitura de que los mayores son, al menos, seis veces más que los jóvenes, aparecen 37 en los que los primeros multiplican por 10 o más a los segundos. Seis están en Lugo y 31 en Ourense. Y hay nueve en los que multiplican por 15 o más. Los líderes son San Xoán de Río y Verea que multiplican por 19; Calvos de Randín y Montederramo lo hacen por 18; Lobeira y Vilardevós, por 17; Parada de Sil, por 16 y Navia de Suarna y Beariz, por 15.

Ni las políticas demográficas impulsadas por la Xunta para atraer a gallegos de la diáspora ni la llegada de inmigrantes a la comunidad consiguen que las cifras mejoren. Y lejos de mejorar, empeoran. En tres de cada cuatro concellos la población disminuyó en 2019. De los 313 municipios, la cifra de habitantes cayó en 232. De nuevo, la provincia de Ourense es la gran perjudicada. Bajó en 73 de sus 92 concellos. En A Coruña la cifra de ayuntamientos que perdieron población también fue importante: 67 de los 93. En Lugo perdieron población 54 de los 67 ayuntamientos y en Pontevedra, 38 de los 61.

Durante el pasado año solo crecieron los habitantes en 75 municipios gallegos: 24 de la provincia de A Coruña, 23 de la de Pontevedra, 18 de la de Ourense y 10 de la de Lugo.