Un día después de que la Xunta anunciase el carpetazo al proyecto para explotar una mina de cobre en Touro tras recibir dos informes "desfavorables" e "insalvables" de Patrimonio Natural y Augas de Galicia, la conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, Ángeles Vázquez, insistió en que en el rechazo al proyecto "solo priman los informes técnicos por encima de todo". "La Xunta tiene una obligación, que eso se haga cumplir", destacó.Vázquez señaló que "hay que hacer compatible una Galicia sostenible a nivel medioambiental y de desarrollo económico. Aquí primó la parte medioambiental porque no podía ser de otra manera", explicó.

El proyecto "no garantizaba la sostenibilidad medioambiental", según los informes de Patrimonio Natural y Augas de Galicia, por lo que la Consellería de Industria deberá "rechazarlo", según sostiene el departamento de Medio Ambiente. Estos informes negativos, que serán publicados en el Diario Oficial de Galicia (DOG) y en el Portal de Transparencia de la Xunta, concluyen que "no se garantiza la protección de una zona de especial conservación". Su explotación supone, además, un riesgo para "la calidad de las aguas" en el ámbito de la mina, cuyo proyecto presentado en 2018 suscitó una amplia protesta social.

Por su parte, la Plataforma Vecinal Mina Touro-O Pino Non reconoció que, a pesar de la "euforia", seguirá "vigilante" después de que la Consellería de Medio Ambiente firmase una declaración de impacto ambiental que rechaza el proyecto de reapertura de la mina. "Esto nos da fuerza y la historia inicial está ahí, como no puede ser de otra manera, pero tras dedicar años a luchar contra este proyecto que quería destruir nuestro medio de vida y nuestra tierra tenemos que tomárnoslo con cautela y seguir vigilantes, nos podemos esperar cualquier cosa", apuntó la presidenta de la plataforma, Isabel García.

Una vez conocida la negativa de la Xunta a la reapertura de la explotación, los colectivos Contraminacción y la Asociación Salvemos Cabana reclaman al Ejecutivo autonómico que actúe para la restauración ambiental de la antigua mina de Touro, así como de los cursos fluviales afectados por su falta de mantenimiento. En sendos comunicados, ambas entidades muestran su satisfacción por la decisión de la Xunta. Salvemos Cabana emplaza al Gobierno gallego a restaurar "de manera subsidiaria" la antigua mina de Touro „de más de 600 hectáreas de extensión„, que fue explotada entre 1974 y 1988.

Su abandono, insiste la asociación, "derivó en la oxidación de los sulfuros metálicos presentes en la minera en contacto con los elementos y la extrema acidificación de las aguas de drenaje", "generando un problema de salubridad ambiental y un riesgo evidente para las poblaciones limítrofes".

Por ello, Salvemos Cabana censura que la cancelación del nuevo proyecto para la mina "debe servir de punto de partida para que la Xunta deje de eludir de una vez por todas los problemas de seguridad y restauración de la actividad minera de Touro".

Por último, Cobre San Rafael, la empresa que presentó el proyecto para reabrir la mina, trasladó que "ha tenido conocimiento de la resolución de la Xunta a través de los medios de comunicación".

"Hasta que no se reciban los documentos oficiales, no podremos valorar la posición de la empresa con respecto a la misma y las opciones de futuro de este proyecto minero", aseguró la compañía.