Galicia se juega mucho, demasiado tal vez, tras el Brexit o ruptura de las condiciones de permanencia en el seno de la Unión Europea de un socio de medio siglo de vida en común que ya está fuera de la "casa del padre" (que nunca tuvo como tal) y en la que España sigue, ahora en condiciones muy precarias para el sector marítimo-pesquero. Por esto hay que decir que ha sido importante el reciente encuentro en Madrid entre la secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz, y la conselleira do Mar de la Xunta de Galicia, Rosa Quintana. Tal encuentro ha servido, en primera instancia, para poner en valor el papel de la pesca que, ni mucho menos, ha perdido vigencia, sino que, con la salida de la estructura comunitaria del Reino Unido, cobra una nueva dimensión dado que los británicos ya no entrarán en las negociaciones para el reparto de Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas, pero sus aguas son indispensables para que las flotas de los Estados miembros de la UE puedan seguir desarrollando su actividad en buena parte del Atlántico Norte.

El objetivo es, ahora, conseguir que en las negociaciones entre ambas partes (UE-Reino Unido) que obligadamente han de llevarse a cabo, se mantenga el acceso a los recursos pesqueros presentes en aguas británicas "en las mismas condiciones que en la actualidad", para lo que tanto Galicia como Madrid habrán de poner toda la carne en el asador con firmeza y valor, sabiendo lo que cada parte se juega en el envite, que no es poco.

Satisfechas ambas partes „Galicia y Madrid„ de los resultados obtenidos en las negociaciones del último Consejo de Ministros de la Unión sobre TAC y cuotas aplicables en 2020 „cuyos resultados habrán de analizarse en el próximo otoño„ tanto Villauriz como Quintana han coincidido en que unos de los grandes retos de la gestión pesquera es la optimización del aprovechamiento de las cuotas existentes, lo que para Galicia pasa, sin duda, por mejorar la gestión de las cuotas asignadas en el caladero nacional Cantábrico Noroeste bajo el plan de gestión vigente teniendo en cuenta las transmisiones de cuota entre censos o la mejora del mecanismo de optimización del uso de las cuotas a partir del 1 de octubre.

Queda un duro trabajo por realizar. En las negociaciones, es muy probable que Galicia deje pelos en la gatera del Reino Unido.

Lo va a decir el tiempo.