Las administraciones vuelven a tirar de las adjudicaciones a dedo. Casi dos años después de la entrada en vigor de la Ley de Contratos, con la que se pretendía que las licitaciones sin concurso quedasen en nada o reducidos a servicios puntuales, este tipo de convocatorias repuntó en Galicia: más de un 10% en solo un año, con un importe total que supera los 67 millones frente a los poco más de 60 millones del ejercicio anterior, según el informe de licitación de obra pública de la Federación Gallega de la Construcción.

Ayuntamientos y Xunta concentran el grueso de los contratos de obras menores, que se efectúan sin la convocatoria de ningún tipo de concurso, con más del 74% de los servicios licitados en 2019. A la cabeza se coloca el Ejecutivo autonómico, con casi 27 millones de euros en más de 1.700 obras, seguido de los concellos, con más de 23 millones en 1.023 proyectos. En año electoral, fue en los concellos donde más aumentaron las adjudicaciones a dedo: un 83% „en 2018 habían licitado proyectos de obras menores por 12,84 millones„. En el caso de la Xunta el aumento fue del 6,2%. Por el contrario, Estado (10,58 millones) y diputaciones (6,17) redujeron este tipo de convocatorias un 14% y 33%, respectivamente.

"Los contratos menores son necesarios para las actuaciones más inminentes y dan trabajo a muchas pequeñas empresas. Pero también debe ser una inversión controlada y que no perjudique actuaciones necesarias de mayor calado", apunta el presidente de la patronal de la construcción en Galicia, Diego Vázquez Reino. Reconoce que son un mecanismo "ágil" para afrontar servicios y obras "del día a día", pero advierte de que "eso no puede menoscabar y parcializar los contratos".

Cascada de demandas

El aluvión de demandas promovidas tras el estallido de la crisis por empresas que se sentían discriminadas y perjudicadas en los contratos de obras menores puso coto en los últimos años a este tipo de procedimientos. Hubo ejercicios que en el conjunto de las administraciones en Galicia llegaron a asignarse de forma directa el 25% de los contratos. En el caso de las diputaciones y de los concellos, el porcentaje llegó a alcanzar el 75%.

Aunque esta tendencia se revirtió en 2018 a raíz de la aprobación de la nueva Ley de Contratos, con un desplome de este tipo de adjudicaciones „pasaron a representar apenas un 5% del total de licitaciones„, el año pasado volvió a producirse un aumento en estos concursos públicos frente a los procedimientos abiertos. Para esto últimos, se convoca un plazo de presentación de ofertas para cuantas empresas quieran concurrir. Pese a que en 2019, el volumen total de proyectos de obra pública licitados en Galicia cayó un 23,5%, las partidas reservadas para contratos de obra menor aumentaron un 10% y representan un 8% de la licitación total „más de 913 millones„. De los más de 2,5 millones licitados el año pasado de media cada día en la comunidad gallega, 185.000 se repartieron en contratos sin concurso.

En el caso de la Xunta, las Consellerías de Educación y de Medio Rural son que se dejaron más partidas en este tipo de proyectos: 6,7 y 5,7 millones, respectivamente.

A la cabeza de los ayuntamientos se coloca el concello de Narón (1,4 millones en 65 contratos), seguido de Sanxenxo (1,16 millones en 67 proyectos). De las ciudades, Vigo lidera el ranking (1,03 millones en 58 concursos). En A Coruña se reservaron poco más de 425.000 euros para 46 obras menores; en Ferrol 261.000 (11); en Santiago 264.630 (20) y en Ourense apenas 89.000 (3).