Los cuatro primeros testigos llamados a declarar en el juicio por cobro abusivo contra Audasa durante las obras de ampliación del puente de Rande, fueron propuestos por la concesionaria de la autopista AP-9 y coincidieron en declarar que durante los trabajos realizados en este viaducto entre 2015 y 2018 los tráficos eran fluidos y no supusieron molestias destacables para el conductor.

"El tráfico era mayormente fluido", afirmó el director del Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste de la DGT, respecto a las jornadas de mayo de 2018, en las que tanto la Fiscalía como las asociaciones de consumidores y usuarios, así como clientes a título particular, sostienen que se produjeron unas retenciones que deberían haber repercutido sobre el precio cobrado por la concesionaria.

En esta primera sesión del juicio, que se celebra en el juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, se debatió la oportunidad de que se persone en la causa la Abogacía del Estado, cuya participación fue impugnada tanto por la Fiscalía como por las acusaciones particulares. Finalmente, el juez admitió la participación de la Abogacía del Estado como "interviniente voluntario" en este proceso. El juez aclaró que el letrado del Estado participa en la causa en defensa de los intereses del Ministerio de Transportes y que los intereses que representa son los mismos que los de la parte demandada, es decir, Audasa.

Junto a la Abogacía del Estado y los dos letrados que representan a Audasa, se sientan en este tribunal 8 abogados de la asociación de consumidores Adicae y de usuarios a título particular, que estiman que durante aquellas obras de ampliación del puente de Rande la concesionaria de la AP-9 cobró por un servicio que prestó de manera deficiente, ya que se produjeron atascos y retenciones que no supusieron ninguna merma en el precio del peaje.

Sin reconocer esta situación, uno de los testigos propuestos por la empresa (jefe de Carreteras del Estado en Pontevedra) admitió que durante unas mediciones realizadas durante cuatro días de mayo de 2018 -a raíz de las informaciones publicadas por los medios de comunicación- se constaron retrasos de unos 2 minutos en el tramo de Pontevedra a Vigo y en horas punta del tráfico, o de 6 minutos máximo en el enlace de la autopista con la autovía do Morrazo. La demora máxima en todo el tramo entre Vigo y Pontevedra podría rondar los 10 minutos -aseguró este responsable de Carreteras- y solo se superaron los 10 minutos de demora "en momento puntuales", en unos tráficos de 44.000 vehículos al día.

El fiscal mostró a este testigo una información publicada por este periódico para preguntarle a continuación si el tráfico que se observaba en la fotografía le parecía fluido, a los que respondió que "no, no es fluido".

Estos testigos admitieron además que la concesionaria solo levantó las barreras del peaje el día que se produjo el incendio de la fábrica Fandicosta, en Domaio, cerca de un acceso a la autopista.

El juicio continuará mañana miércoles con nuevas declaraciones de testigos.