Cada vez más familias han pasado página de los negros años de la crisis que se llevó por delante sus negocios e incluso sus viviendas u otras propiedades. Las deudas y los impagos que arrastraron durante años les dejaron en la ruina y con sus bienes embargados en busca del mejor postor para que los contribuyentes saldasen sus facturas pendientes con las administraciones o los bancos. Las subastas convocadas en los juzgados de todo el país ponen de manifiesto la mejora de la situación económica con una caída de las propiedades sacadas a subasta. En el caso de Galicia, el importe de los bienes adjudicados en 2018 „último balance disponible„ supera los 57 millones. La gráfica del último lustro, con un balance de más de 7.200 pujas en la comunidad, muestra una línea en caída libre, pasando de los más de 2.200 bienes llevados a proceso judicial en 2014, año récord de pujas en los tribunales gallegos, a los 664 de 2018, un 43% menos que el año anterior y la cifra más baja de la década. 2018 fue el único ejercicio que se cerró por debajo de las mil subastas judiciales en la comunidad.