La pesca gallega regresa a su habitual tendencia de perder trabajadores año tras año. El 2018 fue un ejercicio que se cerró con 105 empleados del mar más que en 2017 (20.846 marineros por los 20.741 de hace tres años). Sin embargo, los últimos datos del 2019 confirman de nuevo la pérdida de afiliados al Régimen Especial del Mar en Galicia „que incluye a los marineros y también a los trabajadores de la Marina Mercante„. A finales de 2018 la comunidad gallega contaba con 20.846 personas, pero al cierre del año pasado la cifra caía hasta los 20.558 trabajadores del mar. Este descenso se observa tanto en los empleados por cuenta ajena como en los de cuenta propia (autónomos), aunque el primer grupo fue el más afectado, según los datos de la Seguridad Social.

La provincia más damnificada por la destrucción de empleo en el mar fue la de A Coruña, que a lo largo del pasado año perdió 141 marineros, por lo que cerró el ejercicio con 5.848 trabajadores. Pontevedra es la que cuenta con más afiliados y a lo largo del pasado año 78 marineros abandonaron la actividad, por lo que a finales de 2019 había 13.282 personas asociadas al Régimen Especial del Mar. Lugo, por su parte, fue la provincia que sufrió el menor descenso. Al remate del anterior ejercicio contaba con 1.428 trabajadores dados de alta, 69 menos que al cierre del 2018.

La caída de afiliación en el conjunto gallego se dio en todos los casos posibles: en el de los trabajadores por cuenta ajena y en los de cuenta propia. Los autónomos „la mayoría asociados al marisqueo y a la flota de bajura„ perdieron 102 empleos, mientras que la cifra ascendió a los 186 entre los trabajadores por cuenta ajena „marineros contratados por armadoras que se dedican a la pesca de altura o como tripulantes en barcos de bajura„. Por tanto, al cierre de 2019 el régimen Especial del Mar contaba con 9.537 autónomos y 11.021 contratados.

Causas del descenso

El sector pesquero señala un factor como la principal causa de la continua pérdida de trabajadores del mar: la reducción de posibilidades de pesca. "Lo que más influye es la falta de cuotas. Nos defendemos como podemos, según las circunstancias", explica el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez Sieira. El representante de las cofradías de Galicia indica que, últimamente, lo habitual es que la cuota de caballa se agote en un mes y en el caso de la raya regulan su captura para que esté abierta el máximo tiempo posible. "En febrero establecimos un cupo de 150 kilos a la semana de raya, sin embargo hace unos años se podía pescar más hasta junio. Los barcos que se defendían con esta especie vieron que se les cortó", lamenta Pérez. En estas situaciones, cuando los autónomos no pueden defender su empresa por la falta de capturas, se ven obligados a prescindir de tripulantes.

La posibilidad de que entren nuevas personas al sector cada día se reduce más, ya que los propios pescadores ven el futuro "negro". "Ya no intentas atraer a nadie porque, como quién dice, no hay futuro. Los que ya tienen un barco cuentan con cuotas y van aguantando. Pero si una persona compra una embarcación que no tenga cuota, no se va a sostener", manifiesta Pérez.

La realidad la reflejan los tablones de las cofradías: están llenos de embarcaciones a la venta. Y nadie las compra. "No hay el movimiento que había antes porque la gente tiene miedo a invertir. No se tiene la seguridad de que la inversión vaya a salir bien. Hay mucha incertidumbre por la falta de cuotas", sostiene Pérez.

Una década de desplomes

El sector pesquero perdió en la última década más de 3.600 trabajadores. En 2009 el Régimen Especial del Mar contaba con 24.176 afiliados, cifra que descendió un 15% ya que al cierre de 2019 los datos recogen que hay 20.558 trabajadores asociados.