Pisar más de la cuenta el acelerador. Es la infracción más habitual al volante, sobre todo en las carreteras secundarias, las más peligrosas ya que en Galicia concentran el 90% de los accidentes de tráfico. Para tratar de frenar las negras estadísticas por exceso de velocidad, la DGT dotó a las patrullas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de nuevos medios de tecnología láser: mini radares portátiles de menos de 50 centímetros de altura, que permiten múltiples ubicaciones y que interceptan infracciones en ambos sentidos y a una distancia de hasta 40 metros. Los cuatro Velolaser, que se estrenaron en la comunidad gallega en mayo de 2018, detectaron el año pasado cerca de 6.000 infracciones „una media de 16 cada día„. Un balance que supone más del doble que durante el primer año de funcionamiento de estos dispositivos de control de velocidad, que pueden colocarse sobre el trípode, pero también en postes y guardarraíles e incluso acoplarse en los vehículos policiales.

"Se trata de conductores de riesgo", apunta el jefe del Sector de Tráfico en Galicia, el teniente coronel Francisco Javier Molano. Son aparatos, añade, que están más enfocados a velocidades impactantes, para conductores que arriesgan y se sienten impunes. El grueso de las denuncias interpuestas por estos mini radares es por superar en más de 20 y 30 kilómetros por hora el límite en el tramo vigilado, lo que además de la correspondiente multa conlleva la retirada de puntos del carné. Por ejemplo, en vías limitadas a 50 kilómetros por hora en los que se circula a 70 km/h o en autopista y autovía, por encima de los 150 km/h. "El Velolaser es una herramienta potente y eficaz para mejorar la seguridad vial. Ha contribuido a cambiar comportamientos, surte efecto al poner en alerta a los conductores y así se consigue que se reduzca la velocidad", destaca Molano.

Las estadísticas de accidentalidad dan cuenta de las consecuencias de sobrepasar los límites de velocidad. Respetar la señalización evitaría uno de cada tres fallecidos en carretera por pisar más de la cuenta el acelerador. Un aumento del 5% en la velocidad provoca un aumento del 10% de los siniestros que causan traumatismos y del 20% en los accidentes con fallecidos.

Para detectar estos aparatos no valen ni las aplicaciones ni del Facebook ni tampoco los inhibidores de radar. Por un lado, su fácil colocación e instalación los hace indetectables para las redes sociales y aplicaciones móviles que alertan de su ubicación. Y es que cuando los Velolaser han sido identificados por las apps que avisan de los controles en carretera, las patrullas ya están en otro punto con un nuevo operativo montado. Y tampoco son detectados por los inhibidores y detectores existentes en el mercado.

Funcionan con Wifi o 4G, según la distancia a la que se encuentre la patrulla del aparato, lo que permite controlar la velocidad en un punto e identificar al conductor en otro.

En Galicia ya no solo hay que estar atentos de día a estos mini radares. Por la noche también estarán operativos. En la comunidad gallega están a punto de realizarse pruebas nocturnas con estos dispositivos. A petición del Sector de Tráfico, se ha adquirido un flash con el que inicialmente no venía dotado el aparato.

El principal escenario elegido para los Velolaser son los tramos de riesgo, fundamentalmente carreteras secundarias donde se registran accidentes graves relacionados con los excesos de velocidad. Es habitual verlos colocados en tramos en curva o trayectos peligrosos sin espacio para estacionar. Entre los puntos que detectan más infracciones los mini radares destacan las curvas de Herves (A Coruña), la N-550, que cruza Galicia de norte a sur „desde A Coruña hasta Tui„, o la AC-840, que empieza en Betanzos y discurre por Oza dos Ríos, Curtis y Melide hasta Agolada (Pontevedra).

Los mini radares distinguen los vehículos por su tamaño, de manera que identifican si se trata de un turismo, una furgoneta o un camión y, en consecuencia, permiten controlar la velocidad en función de la limitación fijada para cada tipo de vehículo según la vía. Las motocicletas suelen ser las que presentan las velocidades más elevadas detectadas por los Velolaser.

Hay gente que cree que solo analiza la velocidad en un sentido, pero lo hace en los dos. En ocasiones, el infractor ha caído en las redes del Velolaser en su ida y también en su vuelta. Es el caso de un conductor interceptado por el mini radar en la N-651, a su paso por Miño. Al percatarse decidió dar vuelta para comprobar si era un aparato de control de velocidad. Pero lejos de levantar el pie del acelerador siguió pisándolo por encima del límite fijado, por lo que fue parado por la patrulla de la Guardia Civil para notificarle el doble expediente sancionador y confirmarle que efectivamente sí, lo que había visto era un Velolaser.