Ampliar los espacios de adiestramiento de los que dispone la Brilat fue uno de los retos que se marcó su nuevo general, Luis Cortés, cuando tomó el mando de la Galicia VII el pasado mes de octubre en un acto que tuvo lugar en la base de Figueirido, en Pontevedra. Los militares están ya manos a la obra con esa cuestión y sondean la receptividad de distintas comunidades de montes vecinos para que sus terrenos puedan ser utilizados como zonas de entrenamiento por parte de los efectivos de esta unidad.

Desde las pasadas Navidades, las comunidades de montes están siendo contactadas por personal de la base General Morillo para ir tanteando la posibilidad de que los terrenos puedan acoger algún tipo de entrenamiento militar. En todos los casos se señala que serían maniobras compatibles con el aprovechamiento forestal de la explotación y totalmente respetuosas con el medio ambiente y el propio bosque.

El Ejército se ha puesto ya en contacto con al menos tres comunidades de montes dentro del municipio de Pontevedra (Tomeza, Mourente y Verducido). Dirigentes de las mismas informaron de que hubo una primera toma de contacto sin que se profundizara en demasía en las características de las maniobras que pretenden llevar a cabo los militares ni con qué periodicidad.

Los militares están interesados en buscar terrenos cercanos a la base. Solamente los responsables de la comunidad de Tomeza recibieron información sobre el objetivo de los entrenamientos, que pasarían por el adiestramiento o seguimiento de aeronaves que pudieran penetrar en territorio español a través de la ría. La secretaria de esa comunidad de montes, Ángeles Ríos, explicó que simplemente contactaron por una llamada telefónica, una primera toma de contacto, en la que los militares le explicaron que todavía estaban examinando cuáles son los terrenos que, por sus características, más les convendrían en toda la zona para poder realizar estos adiestramientos.

Desde la brigada también se pusieron en contacto con la comunidad de montes de Mourente, también en Pontevedra. Su presidente,Carlos Morgade, confirmó esta llamada pero resaltó la escasa información que le brindaron los militares acerca del tipo de entrenos o maniobras que iban a realizar en sus terrenos. Morgade sí que aclaró a los interlocutores de la Brigada Galicia que no iban a permitir ningún tipo de maniobra "incompatible" con los usos forestales y civiles que tienen para sus terrenos, unos montes que, además, se encuentran muy cerca de los núcleos habitados. Desde la Brilat le insisten en que se tratará de actividades "compatibles" con estos usos del monte, pero Morgade reconoció sentirse algo escéptico al respecto. En cualquier caso, insistió en que la falta de información impide tener una postura clara al respecto y esperan nuevos acontecimientos.

Otra de las comunidades de montes contactada por los militares fue la de Verducido. Su presidente, Marcos Rey, reconoció esta llamada e incluso ya mostró a los militares la disposición del colectivo a acoger estos entrenos. "De hecho, es habitual la presencia de los militares entrenando muchas veces", dice. "Si autorizamos las competiciones de BTT o de orientación no entiendo por qué no hacerlo con la Brilat", explicó.

En cualquier caso, sí les adelantó dos condiciones de obligado cumplimiento: "Que nos notifiquen con antelación cada vez que vayan a venir y que las actividades sean respetuosas con el monte en todo momento", dos aspectos que los militares le garantizaron que se van a respetar.

Las zonas de entrenamiento de la base General Morillo menguaron de forma notable en 2014 cuando el Ministerio de Defensa firmó con los comuneros de Salcedo (Pontevedra) un acuerdo por el cual los vecinos cedían el uso de parte de los terrenos en los que se encuadraba la base, así como parte del monte, después de que los tribunales determinasen que los terrenos que utilizaban los militares hasta entonces eran propiedad de la comunidad de montes. Los militares devolvían a los vecinos unas 130 hectáreas en detrimento de sus dependencias.