Ante el temor a que la flora y la fauna de la laguna de Baldaio sean engullidas por los temporales, la Xunta y colectivos ecologistas se han puesto a trabajar. Y es que la pérdida de salinidad de esta reserva de agua en el corazón de Carballo ya ha empezado a afectar al ecosistema y, a la larga, supone una amenaza para la pesca del litoral.

Ante el tren de borrascas de los últimos meses, la Xunta procederá en los próximos días a abrir la laguna de Baldaio, en el municipio coruñés de Carballo, para evitar las inundaciones registradas recientemente cerca de este espacio natural que además pueden afectar al marisqueo.

La Consellería de Medio Ambiente ha encargado trabajos con carácter urgente, después de que representantes de los departamentos de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda y del Mar analizaran las soluciones a esta situación a corto y largo plazo.

Los técnicos de los dos departamentos autonómicos y del Instituto Universitario de Biodiversidad Agraria y Desarrollo Rural (Ibader) de la Universidade de Santiago han visitado durantes estos días la laguna para analizar su estado. La primera medida que se acordó ha sido abrirla para que desagüe ante la imposibilidad de que este proceso se produzca de forma natural. Los últimos temporales han causado daños en las reservas de agua de Baldaio y dificultades para el marisqueo en la zona. Con la finalidad de evitar que estas situaciones se repitan, la Xunta elaborará un plan para garantizar la conservación de los valores naturales de la laguna de Baldaio y recuperar el equilibrio de ese hábitat.

Otros humedales gallegos han pasado por situaciones similares a las de Baldaio. La laguna de Louro, en Muros, también se vio afectada por el cierre de los canales de conexión con el mar a causa de los depósitos inusuales de arena. En Valdoviño se acometieron obras de restauración para despejar la salida al mar de la lagua y evitar que el entorno se inundase de manera frecuente.