Si la entrada de la borrasca Katrine se caracterizó por los vientos huracanados (de casi 170 km/h) y temporal en el mar; su salida hacia el resto de la península ha dejado mucha agua en la comunidad. Las intensas lluvias obligaron ayer a la Xunta a activar su plan por el riesgo de crecida en la veintena de ríos de la demarcación Galicia-Costa y de la cuenca del Miño-Sil. A primera hora de la mañana se recogían más de 50 litros por metro cuadrado en Vilariño de Conso, en Ourense y más de 40 litros en O Alto do Poio, en Pedrafita, Lugo.

En la zona de A Mariña los vientos continuaron soplando con fuerza en la mañana de ayer. La ráfaga máxima se anotó de madrugada en Penedo do Galo, Viveiro, y fue de 143,3 kilómetros por hora. En Burela y en A Serra da Faladoira, en Ortigueira así como en Cervantes y Cabeza de Manzaneda se superaron los 100 km/h.

En cuanto a la lluvia, el récord gallego lo batió la localidad ourensana de Vilariño de Conso. En la estación pluviométrica de O Invernadeiro se alcanzaron los 55,5 litros por metro cuadrado.

La Xunta activó la alerta por posible desbordamiento de las 17 cuencas principales que componen la demarcación Galicia Costa. "Se espera un incremento del caudal generalizado en las cuencas de Galicia-Costa", informó a primera hora la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade. Uno de los puntos críticos señalados por ella fue la cuenca del río Umia en su entrada al embalse de Caldas de Reis.

La mayor parte de la flota gallega permaneció amarrada por el temporal. Fue el caso de Fisterra, Cariño, Muros o Muxía, en la provincia coruñesa; de Burela, Celeiro y Ribadeo en la lucense y de Baiona, Bueu y Cangas, en la de Pontevedra. Hoy se esperan de nuevo lluvias persistentes, más intensas en la mitad oeste de la comunidad y una subida de las temperaturas mínimas que marcarán una jornada de muy poca oscilación térmica. Por ejemplo en A Coruña el termómetro se situará entre los 16º y los 13º; en Ferrol, entre 16º y 13º; en Santiago entre 13º y 11º y en Pontevedra entre 15º y12º.