María Fernanda Miguélez enseña Física en la Escuela Técnica Superior (ETS) de Náutica y Máquinas desde hace diez años, aunque su camino en el mundo de la docencia empezó hace 37. Representante sindical de la Universidad, Miguélez también es secretaria del Instituto Universitario de Estudios Marítimos. Desarrolló durante varios años un proyecto de intercambio con una escuela homónima de Perú, que se iniciará el próximo curso y llevará a dos estudiantes de la ETS de Náutica a Perú y traerá a dos de allí a la escuela de A Coruña.

¿Qué la llevó a cambiar la Facultad de Química por la ETS de Náutica y Máquinas?

Di clase en la Facultad de Química muchos años y estaba muy contenta, pero con el plan Bolonia la facultad se organizó de una forma un poco compleja para mí. El motivo principal fue el cambio porque el contenido de física que se da aquí está más enfocado a ingenieros. Se jubiló el profesor que estaba aquí y me animé. También llevaba muchos años trabajando con el profesor González Laxe en el Instituto Universitario de Estudios Marítimos, por lo que tenía bastante interacción con temas de mar. Me pareció bastante interesante. Hago muchas actividades relacionadas con el sector marítimo y me gusta.

Además de enseñar también está involucrada en la investigación, ¿ahora trabaja en algo?

Investigación punta no estoy haciendo, ahora estoy más dedicada a temas relacionados con el sector más profesional. Además de ser representante sindical de la Universidad, tengo las labores como secretaria del instituto, donde tenemos diversas actividades porque es de investigación y de docencia. Recientemente conseguimos una colaboración con una escuela homónima de Perú: dos alumnos de allá vendrán a estudiar aquí y dos nuestros irán allá. Es una escuela muy potente que ahora mismo coloca mucho personal en navieras muy importantes. También estamos intentando desarrollar un programa propio de formación para gas natural licuado en barcos e instalaciones de tierra que es muy interesante. Queremos hacer un medio máster de gas natural, nos parece muy interesante y lo tenemos bastante perfilado.

¿El gas natural es el futuro de los combustibles para los barcos?

Exactamente. Hay unas zonas, las ECA, en las que hay limitación de emisiones, por eso el tipo de combustibles que se usan tiene que cumplir la normativa. Debe tener bajas emisiones de ciertos contaminantes, en algunas también de azufre. Y eso se cumple usando combustibles más limpios de los que se utilizan en otras zonas del mar o bien con el gas porque emite menos contaminantes. De hecho, en el norte de Europa, que es una zona ECA, hay muchos barcos que ya lo usan. Su problema es el abastecimiento porque ocupa mucho más que otros combustibles: para la misma cantidad de energía necesitas más volumen.

¿Ya está en marcha el intercambio con la escuela de Perú?

Se firmó el año pasado por lo que se materializará el curso que viene. Esto tiene detrás mucho trabajo, de convalidación, de comprobar cuándo pueden ir unos y venir otros... No queríamos que fuera algo desconocido, por lo que fuimos a visitar la escuela en 2018. Como quien dice es una escuela militar, en régimen de internado, y queríamos ver de primera mano lo que se hacía y cómo. Está todo muy bien equipado. El año pasado estuvimos preparando todo y vinieron ellos a firmar el convenio en octubre.

¿Cómo surgió la idea de desarrollar esta iniciativa?

La escuela tiene contactos con algunas empresas navieras, entre ellas Elcano. Cuando estuvo aquí un barco de esta compañía conseguimos un contacto. Hablamos con él, le explicamos que estábamos mirando de hacer un proyecto de internalización de la escuela y él nos puso en contacto con un representante de la escuela de allí. Empezamos a hablar con ellos, para ver si les interesaba y nos dijeron que sí. Nosotros no queríamos ir a ciegas, por eso visitamos la escuela antes de firmar y nos fuimos a Perú.

¿Los temas relacionados con el mar y la náutica van cobrando más interés?

El tema marítimo en Galicia es muy importante. ¿Qué pasa? Que nuestra flota cada vez es menor. Lo que se refiere a normativas e interés, el mar está viviendo un repunte. No solamente en lo que se refiere a transporte sino también en estudios, pasando por pesquerías, contaminantes, plásticos o temperaturas. Cada vez está más estudiado y más presente. Lo ves hasta en los anuncios de la televisión. Hace cinco años casi nadie hablaba de proteger el mar. En este momento tiene más presencia mediática, pero en el mundo interesado siempre estuvo presente, por decirlo de alguna manera.

¿La gente piensa que las únicas salidas de la carrera es ser capitán de un barco o jefe de máquinas?

Sí, pero tiene muchísimas más. Y es una pena porque hay pocos alumnos y estamos permanentemente recibiendo solicitudes de empresas que quieren a gente de aquí. Podría decirse que los estudiantes de máquinas cuando terminan salen de aquí con un trabajo. Plantas de producción de hidrógeno, centrales nucleares, empresas de congelados, de alimentación, conserveras, parques eólicos... Nuestros alumnos están súper preparados para estos trabajos, y son poquísimos.

¿Hay pocos alumnos por el desconocimiento que puede haber de las carreras de náutica y máquinas?

Falta muchísima información. Al cambiarse los nombres de las carreras la gente se perdió, no saben lo que es. La carrera en la que doy clases se llama grado en Tecnologías Marinas, no tiene que ver con lo que hace la gente que sale de aquí. Es un nombre que no te lleva a ningún sitio. El muestrario de carreras empieza a ser desproporcionado, con cantidad de nombres absurdos y con falta de competencias.

Tras seis años dirigiendo el Instituto Universitario de Estudios Marítimos vuelve a ser la secretaria, ¿en qué se centran las investigaciones?

Tenemos bastante investigación en torno al tema legal, de legislación marítima, que es un aspecto muy importante. Un mundo cambiante viene acompañado de mucha normativa. Después tenemos mucha investigación a nivel de máquinas para barcos como desalinizadoras, potabilizadoras, sistemas de limpieza... Y también sobre temas económicos, logística.