A la espera de que hoy se pronuncie la Junta Electoral de Galicia, la Xunta ya ha articulado el decreto, muy breve, simple y "limpio", que dejará sin efecto las elecciones del 5 de abril y permitirá realizar una nueva convocatoria, aunque sin plazos „salvo el de no superar el límite legal de duración de la legislatura„. Los comicios se retomarán una vez superada la crisis del coronavirus, cuando el Gobierno levante la declaración de estado de alarma y el Ejecutivo autonómico, el de emergencia sanitaria, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, escuche a los partidos políticos con el fin de alcanzar el consenso, o al menos un "acuerdo mayoritario", para decidir la nueva fecha, que será "en el plazo más breve posible".

Este fue el acuerdo al que se llegó ayer en la reunión por videoconferencia que mantuvieron Feijóo y los candidatos a la Xunta de PSdeG, Gonzalo Caballero; de Galicia en Común, Antón Gómez-Reino; del BNG, Ana Pontón; y de Ciudadanos, Beatriz Pino. El de Vox estaba invitado, pero no participó.

Fueron tres horas de encuentro virtual en el que analizaron la crisis sanitaria y el dilema electoral, a la vista de que es imposible que se pudieran celebrar los comicios el 5 de abril y de que tampoco existe un marco jurídico que ampare un aplazamiento de las elecciones. Por eso se buscó, en palabras de Feijóo un decreto "limpio" en el que solo se recoge que deja si efecto la cita con las urnas y que la nueva fecha se determinará tras superar la crisis sanitaria y escuchar a los partidos políticos. La prerrogativa de realizar la nueva convocatoria sigue siendo del presidente de la Xunta, pero en esta ocasión, por la excepcionalidad de la situación, se concede una audiencia previa a las formaciones políticas para intentare acordar la fecha.

No se dan más detalles en el decreto porque se quiere que sea lo más simple posible y así reducir a la mínima expresión las objeciones de legalidad que pueda detectar la Junta Electoral en su dictamen de hoy, paso imprescindible para posteriormente sea firmado por Feijóo y que entre en vigor antes del inicio de la campaña electoral. En el borrador de decreto presentado en la reunión, el texto era más amplio. Incluía disposiciones como que para convocar nuevas elecciones tenían que pasar dos meses como mínimo desde el fin de la situación de emergencia o que entre mediados de julio y de septiembre no se podía acudir a las urnas. Pero estas partes se eliminaron para evitar posibles reparos legales de la Junta Electoral de Galicia.

También se ha apostado por una redacción sencilla del todo a ejemplo del País Vasco, con cuyo presidente volvió a hablar Feijóo ayer, donde la Junta Electoral autonómica validó el decreto de Urkullu para aplazar sus elecciones, también por la pandemia del coronavirus.

Tanto los servicios jurídicos de la Xunta como el Gobierno vasco consideran que la declaración del estado de alarma les faculta para postergar las elecciones, dado que es imposible poder celebrarlas en las actuales condiciones.

Sin embargo, queda varios aspectos por aclarar que intencionadamente se evitó con el objetivo de clarificarlos posteriormente y no complicar ahora el dictamen de la Junta Electoral generando más incertidumbres legales.

Así parece claro que la campaña electoral de los nuevos comicios tendrá una duración de dos semanas, pero nada se dice de los 54 días que deben transcurrir entre la convocatoria y la cita con las urnas. También queda en el aire la proclamación de las candidaturas al Parlamento, si son válidas las actuales o no; los posibles cambios en las mismas con nuevas incorporaciones; la situación de los ciudadanos que han pedido el voto rogado o por correo o qué va a pasar con los jóvenes que cumplirán 18 años entre el 5 de abril y la nueva fecha electoral.

El decreto llevaría a que en el escenario más optimista, las elecciones se podrían celebrar en junio. En caso contrario, se irían a septiembre, porque los partidos se mostraron reacios a acudir a las urnas en verano.

Xunta, PP, PSOE, Galicia en Común, BNG y Ciudadanos están de acuerdo en cuál es la hoja de ruta, a falta de aclarar los citados aspectos, pero de momento no quieren entrar en fechas -que pretenden consensuar con Feijóo-, aunque el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, se mostró partidario de que sean después del verano. El resto entiende que sería muy precipitado y hasta inadecuado hablar ahora de plazos concreto, porque lo primero y por encima de todo está el arrimar el hombro para intentar frenar la pandemia del coronavirus.