2019 arrancó con la reducción de la velocidad en las carreteras secundarias (de 100 a 90 kilómetros por hora). Con esta rebaja de la limitación en la red convencional, la más peligrosa ya que concentra una alta tasa de accidentalidad -en Galicia suma más del 90% de los siniestros mortales- la DGT se propuso reducir la cifra de fallecidos en torno a un 10%. Desde que hace más de un año entró en vigor el cambio, los conductores que circulan a 111 km/h por esas vías (20 km/h por encima de la velocidad máxima) se enfrentan ya no solo a una multa económica (300 euros) sino también a la retirada de dos puntos del carné.

Pendiente de la pasada legislatura quedaron más reformas en Tráfico. Las distracciones tendrán una mayor penalización. Y es que los despistes son la primera causa de la mortalidad en las carreteras gallegas, ya por delante de la velocidad. Ante el aumento del uso del móvil al volante, la DGT se propone equipar este comportamiento a la conducción bajo los efectos de las drogas o negarse a someterse a las pruebas de alcoholemia: seis puntos menos, el doble que los tres que resta ahora el sistema de créditos.

Además, la reforma del carné por puntos, que entró en vigor en 2006, también aumentará la detracción de créditos por no llevar puesto el cinturón de seguridad, el casco o el sistema de retención infantil, que pasarán de tres a cuatro puntos menos.

Por otra parte, los conductores reincidentes por consumo de alcohol y/o drogas también están en el punto de mira de Tráfico, que se propone retirarles el permiso de conducir hasta que la evaluación correspondiente por parte de los sanitarios confirme que ya no tiene dependencia alguna de estas sustancias.