El plazo corre y Feijóo se ha puesto a escrutar de nuevo el calendario para fijar la fecha de las elecciones autonómicas, canceladas por la crisis sanitaria cuando ya habían sido convocadas para el 5 de abril. El presidente de la Xunta, ya con el interruptor electoral encendido, está buscando la quincena más segura desde el punto de vista sanitario para llamar a los gallegos a las urnas. En el horizonte se mantiene julio como referencia, mes preferente del lehendakari, Iñigo Urkullu, para los comicios vascos -también anulados- y que desde que Feijóo fue elegido la primera vez, siempre los ha hecho coincidir con los gallegos. La incógnita de la fecha concreta, según desveló ayer el titular de la Xunta, se resolverá "en los próximos días". "Es en lo que estamos trabajando", aseguró ayer tras la reunión semanal de su Ejecutivo.

El encaje en el calendario, una vez que el estado de alarma ya no parece un escollo insalvable, depende de un par de variables. La primera, la evolución de la pandemia y el cálculo de un eventual rebrote, que posiblemente se produzca en otoño, con lo que esto limita, al menos en teoría, las fechas a antes del verano. Esta incógnita se despejará en los próximos días, cuando la Xunta ya disponga de los resultados de la primera fase -con 50.000 muestras y concluida ayer- del estudio de seroprevalencia en la comunidad.

"Estamos intentando saber cuál es la quincena mejor y con menos riesgo. Esperamos que este fin de semana conozcamos el estudio epidemiológico y de cómo evoluciona el número de contagios. En los próximos días tendremos información más adecuada sobre qué quincena es más segura para movilizar a la gente y acudir a los colegios electorales", aseguró Feijóo.

La segunda variable es de índole política. En las anteriores veces, Feijóo ha hecho coincidir las elecciones gallegas con las vascas, también las del pasado 5 de abril -canceladas ambas por el Covid-19-. Y Urkullu se reunirá el próximo jueves con los grupos políticos del País Vasco para tomar una decisión, si bien ya mostró hace una par de semanas que el mes de julio es su preferencia para la nueva cita electoral y no ha variado su posición al respecto. De ahí que Feijóo haya hablado de los "próximos días" también para determinar la fecha electoral. Preguntado expresamente si veía viable que los comicios autonómicos se celebren en julio como la opción vasca, Feijóo evitó precisarlo, pero sin descartar nada, por lo que mantiene esa puerta abierta. "Acabo de contestar. Estamos intentando saber cuál es la mejor quincena, la que presenta menos riesgos sanitarios", indicó en su comparecencia, en la que recordó que corren los días para que se agote una legislatura que como máximo se puede extender hasta octubre.

La conexión vasco-gallega también se da en los argumentos utilizados por sus respectivos presidentes autonómicos. Ayer compareció en el Parlamento Urkullu y dijo que "tocaba hablar" ya de las elecciones y de "tomar decisiones con responsabilidad, contando con toda la información, con garantías suficientes y la debida antelación".

En este sentido, el lehendakari enfatizó que la "normalización parlamentaria, institucional y política es fundamental para afrontar la recuperación social, económica y del empleo" tras la pandemia y garantizó "mecanismos preventivos suficientes para desarrollar cualquier tipo de actividad, garantizando la salud y la seguridad de las personas". Una opinión que Feijóo dijo compartir plenamente, dado que los gobiernos, ante el escenario dejado por el Covid-19, necesitan "el respaldo de las urnas y tiempo suficiente para tomar decisiones".

En todo caso, en cuanto tenga una propuesta de fecha "razonada" la trasladará antes de hacerla oficial a los grupos parlamentarios gallegos, tal como se comprometió y está recogido en el decreto que suspendió la convocatoria del 5 de abril.

En ese decreto también se especifica que las elecciones en Galicia no se podrían convocar mientras perdurara el estado de alarma decretado por el Gobierno central. Pero eso ya no parece un escollo debido a que el PNV, como condición para votar a favor de la última prórroga de la emergencia, puso -y así fue aceptada- que en todo caso se permitiera a las comunidades autónomas celebrar sus comicios.

"No tenía dudas de que el estado de alarma no impedía la celebración de elecciones, pero por si había dudas, el Gobierno lo quiso aclarar; ya no interfiere", dijo Feijóo en referencia a la enmienda del PNV.