Quizá la única parte positiva de la pandemia causada por el coronavirus es que los delincuentes tienen menos oportunidades de infringir la ley, sobre todo hasta que comenzó la desescalada. Al estar la mayor parte de la población recluida en sus casas contaban con menos opciones de delinquir en las calles o de robar en el interior de las viviendas. Y al haber menos actividad económica y que la mayor parte de los comercios estaban cerrados también dificultó su trabajo. El Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior ha puesto cifras a esta circunstancia. La actividad delictiva cayó un 7,6% en Galicia en el primer trimestre de 2020 con respecto al mismo periodo del año pasado, al registrar 17.728 infracciones penales, lo que suponen 1.448 menos que en 2019. Pese a todo, son casi 200 al día.

Esta caída se debe, sobre todo, a que la declaración del estado de alarma implicó un cambio sustancial en la evolución de la criminalidad. Desde el pasado 14 de marzo, fecha de la entrada en vigor del confinamiento, y hasta el 31 de ese mes, los cuerpos policiales registraron en la comunidad 1.220 infracciones penales. Esta cifra supone una reducción del 64,9% respecto al mismo periodo de 2019, en el que los posibles delitos registrados fueron 3.478. Sin embargo, la caída del 7,6% entre enero y marzo esconde otra circunstancia al margen del coronavirus. Ese porcentaje es sobre el primer trimestre de 2019 que con 19.276 infracciones fue el más virulento desde 2015 (últimos datos disponibles). Es decir, si no se hubiese producido la pandemia, el primer trimestre de 2020 habría tenido la mayor actividad delictiva de los últimos años.

Sin embargo, el estado de alarma ha provocado que en los tres primeros meses del año se produjesen en Galicia importantes descensos en los hurtos (un 16,7% menos) y lesiones y riñas (un 14,7% menos).

Le siguen una tipología que preocupaba en trimestres anteriores, los delitos vinculados a la libertad e indemnidad sexual, que cayeron un 8,8%, aunque se produjeron 122. También bajaron los robos con violencia e intimidación un 7,6%. Por el contrario, aumentaron un 3,9% los robos con fuerza en las viviendas y establecimientos comerciales.

Con estos datos, Galicia sigue siendo la cuarta comunidad más segura del Estado, con 29,1 infracciones penales por cada 1.000 habitantes en el acumulado de los últimos doce meses, muy por debajo de la media estatal, situada en 45,8. En el último año, la tasa de criminalidad ha descendido cinco décimas. Además, durante el primer trimestre aumentó la efectividad policial en la comunidad con el 43,6% de los delitos esclarecidos, un 2,1% más.

A nivel nacional, la criminalidad bajó en el primer trimestre un 8,9%, sobre todo los hurtos y los robos en viviendas y coches, un descenso que incluye los delitos cometidos en la última quincena de marzo, con el confinamiento general de la población, cuando las infracciones se redujeron un 73,8%.

Por comunidades, la criminalidad descendió en todas, salvo en Navarra, donde se incrementó un 1%. Las caídas más significativos se registraron en Aragón, Cataluña y La Rioja, con una bajada de algo más del 12% en los tres casos, por delante de la Comunidad Valenciana (-11,7%) y Madrid (-10,9%) . Galicia fue la sexta con el 7,6% menos.