Xoán Castaño y el BNG, que le había dado la espalda cuando se convirtió en alcalde de Catoira con el voto del PP, tras las elecciones municipales del año pasado, libraron ayer una importante batalla. Y puede decirse que la ganaron, aunque solo les sirva para ganar tiempo. Iba a debatirse la moción de censura presentada por dos de los cinco ediles del PSdeG y el PP -desautorizada por la cúpula de ambas formaciones- y cuando el fin del gobierno nacionalista parecía cantado, el alcalde hizo valer el as que guardaba en la manga. Dimitió y permitió a su organización mantener el bastón de mando

Justo antes del pleno de la moción de censura, Castaño presentó su dimisión como primer edil. Al hacerlo logró que dos de los concejales socialistas que la habían firmado decidieran cambiar de idea.

De este modo el PSdeG de Alberto García, con cinco ediles en una corporación de 11, y el PP de Iván Caamaño, que tiene tres actas pero solo dos concejales en activo -el tercero está pendiente de tomar posesión-, veían esfumarse la posibilidad de derrocar al BNG.

Solo los tres representantes nacionalistas y dos de los tres socialistas opuestos a la moción, Daniel Touriño y Roberto Bouzón Torre, ocuparon sus sillas en el salón de plenos, mientras que García, Caamaño y los apoyos que les quedan huyeron del concello.

De este modo, el Bloque salvaba una Alcaldía que tenía perdida. Y no solo eso, sino que con la marcha de Castaño da por iniciados nuevos contactos para mantenerla pactando ahora con el PSOE.

Puede ser una jugada complicada, pero hay posibilidades, porque los tres ediles del BNG podrían unirse a tres socialistas (Touriño, Bouzón y Purificación Quintás), que plasmaron por escrito su disposición a pactar con los nacionalistas un gobierno "estable y de izquierdas" durante lo que resta de mandato. Los seis tendrían el visto bueno de las cúpula de sus formaciones, sobre todo ahora que se avecinan las elecciones autonómicas, previstas el 12 de julio.

Tras la sesión de ayer, el bastón de mando queda en manos de la primera teniente de alcalde, Mari Paz, alcaldesa en funciones. Ahora deberá convocar un pleno en el que dar cuenta de la dimisión de Castaño, y desde ese instante, se establecerá un plazo de diez días para celebrar una sesión de investidura del regidor.