El confinamiento provocó que la actividad delictiva disminuyese a nivel nacional (-8,9%), gallego (-7,6%), provincial (-6,5% en A Coruña) y local (-4,7% en la ciudad de A Coruña) durante el primer trimestre. Pero ese descenso no evitó que algunos delitos se incrementasen en la ciudad. Fue el caso de los robos con fuerza en domicilios y establecimientos que casi se duplicaron. Aumentaron un 90% entre enero y marzo al pasar de 77 a 147. Solo los robos con fuerza en las viviendas crecieron un tercio: de 46 a 63. Pese al estado de alarma también subieron las sustracciones de vehículos en la ciudad de A Coruña (un 25% más) aunque el número fue menor: pasaron de 8 a 10. El Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior también ofrece las estadísticas de delincuencia de los concellos con más de 30.000 habitantes. De los 38 municipios gallegos de esta lista, Pontevedra y Oleiros lideraron la caída de las infracciones. En el primero bajaron un 27% y en el segundo, un 24%.

El descenso de la actividad delictiva se repitió en las cuatro provincias gallegas. A Coruña acumuló una bajada de cinco décimas y alcanzó una tasa de 31,2 delitos por cada 1.000 habitantes. Pontevedra tuvo un descenso de ocho décimas (29,8 delitos). En Lugo bajaron dos (22,5) y en Ourense, tres (26,3).