La crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus amenaza con vaciar no solo el bolsillo de muchos ciudadanos, sino también las arcas públicas de las administraciones. Los ayuntamientos gallegos, cuyas finanzas son muy dependientes de las transferencias del Estado, calculan que este año perderán al menos 150 millones por de la tarta que les corresponden por su participación en los ingresos del Estado (IVA e IRPF). Esto supondrá un recorte de entre el 20 y el 30 por ciento respecto a lo percibido el pasado año, según un informe económico elaborado por la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). De ahí que insistan en reclamar al Gobierno que les deje hacer uso de la totalidad de su superávit y de los remanentes que tienen depositados en los bancos.

"Las instituciones locales tenemos que salir al paso de las nuevas necesidades surgidas entre nuestros vecinos, necesidades inesperadas y urgentes que hay que atender sin descuidar las existentes", explica la Fegamp. Y en este contexto, advierten de que la caída de los ingresos que soportará el Estado debido a una menor recaudación por el IRPF y el IVA les pasará factura.

El problema, tal y como advertía el Observatorio Municipal Galego de la Rede Localis la pasada semana, es la "excesiva dependencia" de los concellos de las transferencias económicas de otras administraciones: hasta el 55% de sus ingresos proceden de las partidas que reciben de Xunta y Gobierno.

Una de las principales fuentes de financiación municipal es la Participación en los Ingresos del Estado (PIE). A los ayuntamientos les corresponde una parte de la recaudación. Para no tener que esperar al cierre de la liquidación tributaria de cada ejercicio, el Gobierno adelanta mediante las llamadas entregas a cuenta las cuantías que, según sus cálculos, corresponden a los municipios.

Los presupuestos del Estado para 2020 están prorrogados y, por lo tanto, las entregas a cuenta previstas para este año también permanecen congeladas en 1.191 millones de euros. Sin embargo, tal y como explica el informe económico del órgano de poder local gallego , "en algún momento del año serán recalculadas" para adecuarlas a la realidad de la previsión de ingresos de cada año.

La entidad municipalista gallega asegura que antes de la aparición del coronavirus, la evolución de los dos primeros meses estaba siendo "la mejor" desde 2008. Sin embargo, al desatarse la pandemia y provocar el confinamiento de la población y la hibernación económica el panorama cambio radicalmente. La caída de los ingresos estatales supondrá al menos la pérdida de 150 millones de euros para los concellos gallegos.

La Fegamp esgrime la "óptima gestión" de las entidades municipales en los últimos años que se tradujo en superávits -se calcula unos 5.000 millones a nivel estatal-. Sin embargo, según las normas de estabilidad presupuestaria, los ayuntamientos solo pueden gastar una parte de este dinero en inversiones financieramente sostenibles.

Con la crisis sanitaria derivada del coronavirus tanto la Federación Española de Municipios e Provincias (FEMP) como la Fegamp insistieron al Ministerio de Hacienda que deben permitirles hacer uso de este dinero procedente del superávit y que en Galicia ronda los 120 millones de euros.

Sin embargo, de momento su demanda no ha sido atendida. De hecho, solo les deja gastar el 20 por ciento de sus excedentes económicos y siempre a condición de que cumplan con el periodo medio de pago a proveedores, amorticen deuda, se ajusten a la regla de gasto y dispongan del equivalente al gasto en remanente.