En el tren siniestrado en Zamora viajaba una coruñesa junto a su hijo de 21 años. "Tuvimos una sensación como de turbulencia de avión, notamos que el tren se levantaba un poquito", explica la mujer que se dedica profesionalmente al ámbito de la educación y la comunicación.

"No se llegaron a caer las maletas, igual los pasajeros de la cabecera del tren notaron más la sensación de golpe". La coruñesa y su hijo ocupaban asientos del coche número seis, y salieron ilesos del accidente.

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Un tren Alvia Madrid-A Coruña descarrila en Zamora

Cuando se dieron cuenta de lo ocurrido, y al mirar por la ventana "la vía estaba llena de cosas, de muchos papeles y de trozos metálicos". Apenas cinco minutos después de esa visual, el interventor del tren pasó por los vagones explicando lo sucedido.

El desalojo de los pasajeros se produjo por la propia vía en dirección a la cabecera del tren. Madre e hijo vieron en ese momento que la máquina estaba "totalmente fuera de la vía" y que personal sanitario, pertrechado con las protecciones para el coronavirus, estaba atendiendo a algunas personas. "La actitud de la gente y de las fuerzas de seguridad fue impecable", relata esta mujer que, tras tomar un autobús a las 18.15 hacia la estación de Zamora, embarcó en un nuevo tren que la condujo ilesa con su hijo a su destino, adonde se desplazaban "con autorización Covid" para desmontar el piso de estudiante del joven y visitar a la abuela, de 83 años, residente en Madrid.