La caída de un todoterreno conducido por un hombre de 89 años desde un paso elevado sobre la vía del tren cerca de Zamora provocó ayer el descarrilamiento de un tren Alvia que realizaba la ruta entre Galicia y Madrid, a escasa distancia de la localidad de La Hiniesta. El accidente, ocurrido a las 16.11 horas, provocó la muerte del nonagenario y del maquinista en prácticas que iba en la cabina, Alexander Pedreira Sainz, un joven coruñés de 32 años. El chófer titular, Francisco P., de 55 años y residente en A Coruña pero natural de Zamora, permanece ingresado en la UCI como consecuencia de las heridas sufridas tras el accidente del tren, el único que circula cada día en dirección Madrid, donde estaba prevista su llegada a las 18.13 horas tras salir de Ferrol a las 10.37.

Los 158 pasajeros que viajaban en el convoy, en doble composición, resultaron ilesos, aunque seis de ellos -de entre 24 y 54 años- tuvieron que ser atendidos en el hospital por crisis de ansiedad y latigazos cervicales. Según confirmó Renfe, los viajeros continuaron por carretera el traslado a destino.

El tren descarriló a la altura del apeadero a unos ocho kilómetros de Zamora. Las primeras informaciones apuntan a que un todoterreno cayó desde el paso elevado de la carretera sobre la vía de la línea Zamora-Ourense, a la altura de la base de alta velocidad de La Hiniesta, donde fue arrollado por el tren Alvia que recorría el trayecto Ferrol-Madrid. El impacto hizo descarrilar la locomotora, pero el resto de vagones quedó en pie sobre los raíles.

La investigación tendrá que determinar qué provocó la caída del vehículo. Tras visitar la zona del siniestro, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, anunció que se van a abrir dos investigaciones para esclarecer la causa del accidente. A la investigación judicial se sumará otra por la Comisión de Accidentes e Incidentes Ferroviarios. Según Renfe, el punto en el que ha ocurrido el siniestro no es de máxima velocidad, ya que en él se alcanzan unos 150 kilómetros por hora.

Como consecuencia del impacto, los dos maquinistas tuvieron que ser excarcelados de la cabina. El chófer coruñés, que estaba en periodo de formación y es hijo de un interventor de Renfe, falleció en el lugar del siniestro a pesar de las maniobras de reanimación a las que fue sometido. Alexander Pedreira había sacado el título de maquinista en la Escuela Técnica de Renfe en Santiago y en un reciente concurso de traslados, el joven, que estaba en Cataluña, se asentó en A Coruña, donde se encontraba en prácticas debido a las diferencias en los trenes utilizados en ambas comunidades. Pedreira residía en O Burgo, Culleredo, según informó anoche el alcalde de esta localidad, José Ramón Rioboo, que mostró el pésame del Ayuntamiento. Sus familiares se trasladaron ayer a Zamora tras conocer lo ocurrido. El maquinista titular, residente en A Coruña, fue trasladado al hospital Virgen de la Concha en Zamora y posteriormente a Salamanca en estado grave.

Según los datos de Adif, el todoterreno "se quedó parado en el guardarraíl, cayó a la vía férrea y fue arrollado al paso del tren". En ese tramo, según Renfe, el tren circulaba a 115 kilómetros por hora. A esa velocidad, la locomotora "se dobló por completo", según apuntó sobre el terreno el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, que acudió al lugar del siniestro.

La locomotora fue la que se llevó la peor parte del impacto y sus ocupantes tuvieron que ser excarcelados por los bomberos de Zamora. Los 158 viajeros según la información proporcionada por Renfe, fueron evacuados de sus vagones. Todos pudieron salir por su propio pie del vehículo, y los que viajaban en la parte de atrás tan solo han notado un pequeño frenazo, según relataron.

El delegado del Gobierno en Castilla y León explicó que el tren siniestrado cumplía con las medidas que están establecidas por el estado de alarma, es decir, con una ocupación del 50%, que es lo que está permitido en estos momentos y también guardando todas las medidas de seguridad.