Vox participó ayer en un debate electoral gallego gracias a la Junta Electoral, que permitió también a Marea Galeguista, heredera de la En Marea que impulsaron Podemos, Anova y EU que ahora están en En Común, gozar en campaña del trato de segunda fuerza.

Vox, representada por Ricardo Morado, se hizo hueco en el debate mediante la polémica y exprimiendo su condición de bestia para la izquierda. Propuso un PIN parental provisional para que los padres eligiesen la lengua de la educación de sus hijos, y acusó a los "cachorros del Gobierno y el nacionalismo" de intimidarlos en campaña.

Por su parte, Beatriz Pino usó un truco muy efectivo: rompió los tíquets del peaje de la AP-9 entre Vigo y Santiago y prometió que con Cs "esto no va a pasar", diferenciando su apuesta por acabar con los peajes de su rechazo a la transferencia de la carretera a Galicia.